CIENCIA
En Argentina hallan registro fósil de un tomate de 52 millones de años
Un grupo de científicos descubrió un registro fósil de unos 52 millones de años de una especie muy similar a los tomates actuales en un yacimiento de la Patagonia, anunció este viernes un museo paleontológico de Argentina.
El fósil fue bautizado Physalis infinemundis (tomatillo del fin del mundo), dijo Rubén Cúneo, del Museo Paleontológico Egidio Feruglio e investigador del Consejo Nacional de Ciencia y Técnica (Conicet).
El tomatillo fue hallado en una suerte de yacimiento de fósiles de plantas, pequeños anfibios y peces en una localidad bautizada por los científicos como 'Laguna del Hunco', al noroeste de la provincia argentina de Chubut (sur).
"Se trata de un depósito que se formó a partir de una caldera volcánica, que luego se transformó en un lago. Este lago estaba instalado en una zona muy lluviosa rodeada por un bosque increíblemente diverso", explicó Cúneo.
Los restos del bosque caían al lago y se depositaban en el fondo, donde la ausencia de oxígeno permitió preservar los restos orgánicos, agregó el especialista en estudio de plantas fósiles.
En ese yacimiento se descubrió el primer registro en Sudamérica de las especies Eucalyptus y de Agarhis, perteneciente a la familia de las araucarias, recuerda el comunicado.
Los tomates, así como las papas, morrones y berenjenas, los ajíes, los pepinos y el tabaco, pertenecen a la familia Solanaceae.
"Este nuevo trabajo revela que las solanáceas se habrían originado 25 millones de años más atrás de lo que hasta ahora habían determinado los relojes moleculares", explicó Cúneo.
Patagonia es actualmente una región árida, pero en aquella época las condiciones climáticas y ambientales eran distintas.
"Cuando América del Sur estaba conectada a Antártida y Australia, había un gran corredor con características tropicales en esta región", apuntó Cúneo.
El descubrimiento data de 2011, pero necesitó estos años de estudio hasta su publicación este viernes en la prestigiosa revista Science.
Del trabajo participaron además los científicos Peter Wilf, de la Universidad de Pennsylvania, y Mónica Carvalho y Alejandra Gandolfo, de la Universidad de Cornell. (I)