Efectos de la radiación en Chernóbil aún perduran
Alrededor de un tercio de la población de Bielorrusia sufre de alguna patología de tiroides debido a la catástrofe nuclear de Chernóbil, informó ayer el Ministerio de Sanidad bielorruso con ocasión del vigésimo séptimo aniversario de la tragedia.
La mayoría de la población bielorrusa sufrió en mayor o menor medida la contaminación causada por la mayor catástrofe nuclear de la historia en la ciudad ucraniana próxima a Bielorrusia, que, según los expertos, se vio afectada incluso más que Ucrania por las consecuencias del accidente de 1986.
Casi tres décadas después de los hechos, los médicos bielorrusos han observado entre la población del país la persistencia del llamado “síndrome de Chernóbil”, un trastorno de ansiedad relacionado con fobias a la radiación y el cáncer.
“El síndrome afecta más a las mujeres que a los hombres, hecho que perjudica sobre todo a los niños, que sienten con más agudeza las preocupaciones de sus madres y abuelas”, indicaron expertos bielorrusos. La mayor parte de los habitantes de las zonas más contaminadas del país sufren ansiedad y estrés postraumático, mientras que uno de cada dos jóvenes bielorrusos de entre 19 y 25 años tiene miedo a la radiación.
Esta fobia afectó también al 40% de las personas con edades comprendidas entre 41 y 50 años, testigos de la tragedia, y en una medida algo menor a los bielorrusos mayores de 51 años, mejor adaptados para vivir en condiciones extremas, según los expertos.
Cada año, los médicos diagnostican enfermedades oncológicas a unos 250 ó 300 menores de edad bielorrusos, la leucemia es la más frecuente.
Asimismo, las autoridades de la vecina Ucrania recordaron ayer a las víctimas de Chernóbil y señalaron que las pérdidas económicas acumuladas desde 1986 como consecuencia del accidente alcanzarán los 180.000 millones de dólares en 2015, el equivalente al Producto Interno Bruto (PIB) anual del país.
Víctor Yanukóvich, presidente ucraniano, agradeció a la Unión Europea, EE.UU, Japón y Canadá su participación en el fondo destinado a paliar las nefastas consecuencias de la tragedia.