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Ecuador, 24 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Dolores que se alivian con un reseteo cerebral

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Como si se tratara de una película de ficción, existe una máquina que resetea una parte del cerebro para que una persona deje de sentir dolores crónicos.

¿Cómo lo logra? La máquina a través de electrodos, como los que se usan en los electrocardiogramas, emite estímulos nerviosos impulsados por corriente, los cuales envían información de “no dolor” al cerebro.

Parece difícil de comprender, pero no lo es.

Toda la información sensorial que recoge el cuerpo por diferentes estímulos, agradables o desagradables, llega a la corteza cerebral. Con los avances tecnológicos en medicina se ha determinado con imágenes que hay zonas del cerebro que se activan más con el dolor.

Existen dos tipos de dolor: El agudo que aparece después de, por ejemplo, una operación o un golpe y dura hasta que se sanen los tejidos. Y el crónico que perdura pese a que ya no existe una lesión visible en los tejidos y dura hasta más de tres meses, incluso años.

Enrique Granizo, médico internista y asesor de Natural Vitality República, centro que cuenta con este equipo, explica que la máquina alivia aquellos dolores crónicos considerados neuropáticos, es decir, malestares provocados por alguna alteración en el sistema nervioso.

Lo que sucede es que las vías nerviosas que están en todo el cuerpo conducen el estímulo doloroso hasta llegar a  la corteza cerebral. Pero el dolor crónico no nace de una lesión en los tejidos, se da porque hay algún daño en este recorrido por los nervios, de ahí que es neuropático.

No hay que marearse con tantos términos técnicos médicos. Es sencillo, por ejemplo, al recibir un pinchazo en el dedo, el estímulo llega al cerebro y este lo percibe como dolor. Pero si ya no hay lesión en el tejido y el cerebro continúa percibiendo esa molestia, es que existe un daño en el sistema nervioso.

La máquina cuenta con cinco canales y todos ellos funcionan como una neurona artificial. Cada canal tiene dos electrodos que se los coloca en las zonas adyacentes al dolor. Estos transmiten una información de alivio a la corteza cerebral.

La inventaron en Italia y lo que hace es reeducar al cerebro para que su percepción de dolor cambie. Es decir, la persona siente alivio en aquella parte del cuerpo que antes le dolía.

La terapia se la conoce como Scrambler. No cura ninguna enfermedad, resetea el cerebro para que modifique su apreciación de dolor y deje de sentirlo.

“Cuando el doctor me explicaba lo que hacía la máquina lo primero que pensé fue irme, que estaba perdiendo mi tiempo”, comenta Nabyl Elmer.

Un herpes en toda la espalda le dejó un dolor insoportable a este hombre de 50 años. Después de probar varios tratamientos decidió acudir a la terapia Scrambler. Asegura que hoy su molestia cesó casi en su totalidad.  

Alexis Vela, de 51 años, también alivió su dolor neurálgico posherpético con esta terapia. El herpes apareció en su hombro, pecho y espalda. Tuvo este dolor por 3 años. 

Ambos coinciden que su calidad de vida mejoró después del tratamiento. La afección no les dejaba dormir, el solo roce de la ropa les causaba mucho malestar, pese al sinnúmero de medicamentos que ingerían. En el caso de Elmer respirar era una tortura.

Esta terapia también se la utiliza como tratamiento paliativo para enfermos terminales. “Queremos que los pocos o los muchos días que le queden a un paciente los viva con dignidad, sin dolor y sin quejas”, comenta Granizo.

Según Jimmy Briones, médico anestesiólogo que aplica esta terapia, el índice de dolor crónico es alto a nivel mundial, por eso hay que tratarlo.  Quienes lo padecen son pacientes que se despiertan por el malestar, dejan de trabajar, no salen de casa y caen en una depresión muy severa.  

“La terapia es una alternativa eficaz para este dolor. Da un alivio que perdura en el tiempo”, dice Briones.    

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