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Ecuador, 22 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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La danza controla dos afecciones de la piel

Miriam Tumbaco, de 63 años, lleva 11 con la práctica de bailes folclóricos. El 30 de septiembre será parte de un desfile en Guayaquil.
Miriam Tumbaco, de 63 años, lleva 11 con la práctica de bailes folclóricos. El 30 de septiembre será parte de un desfile en Guayaquil.
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Miriam Tumbaco empezó a perder la pigmentación de la piel cuando tenía 33 años. Sus brazos y rostro hoy lucen blancos, pero con algunas manchas del color de su piel morena. Esta última es su verdadera tez.

La aparición de esta afección autoinmune, conocida como vitiligo, la deprimió.

El temor la hizo pensar en dejar a su esposo y a sus hijos. “Creía que podía contagiarlos”, recuerda.

Ella dejó su trabajo y empezó a usar ropa que le cubriera todo su cuerpo.

Incluso no salía de casa para evitar el rechazo y las burlas.

Hace 11 años su vida mejoró cuando se integró al grupo folclórico “Adultos mayores con discapacidad y sus familias”, en la parroquia San Pedro (Guayaquil).

Gracias a eso, la sexagenaria ya no oculta la condición de su piel. Como parte de la coreografía que presenta junto con otras adultas mayores, baila risueña, agita sus manos y da vueltas al ritmo de la música.

Tumbaco utiliza en sus presentaciones vestidos o blusas que dejan al descubierto su cuello y sus brazos.

El hip hop, cumbiadanza árabe son otros ritmos que aprende en los ensayos a los que acude una vez a la semana. “Me gusta que me vean bailar, siento que cuando me miran es por mi talento y no por el vitiligo”.

Las actividades recreacionales y grupales permiten que las enfermedades de la piel sean más fáciles de manejar y evitan la aparición de exacerbaciones. 

“Esto ayuda a controlar las afecciones de la piel sin ser el remedio definitivo”, asegura el dermatólogo José Ollague, del Hospital General del Guasmo.

Gonzalo Pinto, de 55 años, hace 28 padece de psoriasis, una patología autoinflamatoria en la piel. Le aparecieron las placas casposas en manos y cabeza.

Pinto las ocultó con otro tipo de ropa, guantes y cuando acudía a la playa usaba calentador o pijama.

Sus lesiones desaparecen cuando nada en el mar.  “A los días no tengo, pero reaparece por estrés y mala alimentación”.

También realiza caminatas al aire libre por 20 minutos. “Tengo amigos a quienes en cambio les ha funcionado la danza y el fisicoculturismo”.

Él preside la Fundación de Pacientes con Psoriasis en Ecuador, que agrupa a 150 miembros que padecen esta condición.

La dermatóloga Rosemary Márquez del hospital Los Ceibos recomienda combinar el consumo del medicamento con la práctica de yoga y las actividades manuales para controlar los avances de las enfermedades en la piel. 

Las patologías abordadas son incurables, pero pueden ser tratadas con productos tópicos o a través de la fototerapia.

Por ello, Miriam, paralelamente a la danza, acude a cursos de corte y confección en los que la inscribió su hija Jessenia. Precisamente, los trajes que utiliza son confeccionados por ella.

También descubrió en la siembra de frutas y vegetales, como la papaya, una manera de alejar los pensamientos depresivos por su condición.

Los viajes a su tierra natal La Libertad, en Santa Elena, también contribuyen a su salud emocional.

El 30 de septiembre, Tumbaco volverá a bailar y lucir los vestidos folclóricos en el desfile cultural que se efectuará en la parroquia Chongón (en Guayaquil). (I)  

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