La cultura Kruger busca transformar las vidas
Esta multinacional nació en 1993 ante la necesidad de Ernesto Kruger de mantener a su familia. “Soy ingeniero electrónico, entonces busqué qué podía ofrecer”.
“Se me ocurrió brindar servicios relacionados con máquinas. Vender computadoras o montar redes computacionales”.
En la actualidad la empresa se dedica al desarrollo de proyectos de innovación y ha dado servicio para Telefónicas de Perú y Chile, Amdocs en Israel e India.
También para el grupo Proamérica en Centroamérica, Banco de Guayaquil y el Gobierno de Perú.
El negocio de Kruger se fundamenta en Business Transformation que ofrece servicios tecnológicos a las compañías como plataformas o soluciones de industrias e Ingeniería Constructiva.
Todo bajo el manejo de la tecnología de cuarta revolución que Kruger la define como tecnología disruptiva a manera de blockchain, robótica, inteligencia artificial e impresión 3D.
Lo que más interesa de Kruger Corporation no son las cosas que hacen sino la manera cómo las hacen.
Cultura Kruger es el nombre que le dan a su propia cultura organizacional que se define no solo por espacios laborales coloridos con juegos y actividades recreativas sino también por la actitud y la filosofía de la empresa.
“Hace ocho años una hija mía fue a mi oficina (muy tradicional) y me dice: “Papá, yo nunca voy a trabajar contigo. Aquí no hay colores, la gente no se divierte y pasan sentados en un silencio sepulcral”, contó Kruger.
Esa semana se quedó pensando e investigando acerca del tema y se encontró con los millennials. “Comienzo a entender la psicología de ellos y dije: ‘¡Vamos a hacer esto!’”.
Por el número de colaboradores que tenían en ese entonces, Ernesto tuvo la necesidad de crear el Edificio K+ para que entren todos.
En el 2013, con la creación de la nueva infraestructura en Quito, la Cultura Kruger, que ya se ejecutaba desde el 2011, tomó fuerza. “Le pusimos toboganes entre los pisos, una red de pescar en contexto, lleno de colores junto con un cambio cultural muy fuerte. La gente pensó que estaba un poco loco”.
En la actualidad son 350 colaboradores, la mayoría millennials, que viven esta cultura en donde la alegría es fundamental. “Nosotros buscamos que la gente se sienta bien. Que tenga un compromiso con la felicidad”. (I)