Especial coronavirus
922 contagiados de covid-19 recibieron el alta y retornaron a casa
En un mes el Ministerio de Salud Pública registra un aumento de personas recuperadas en los hospitales. En el IESS hay 262. Ellos en la actualidad realizan el aislamiento en sus hogares. Tres historias cuentan cómo superaron el virus.
“Lloramos de felicidad por tenerlo de vuelta y verlo vivo”
Fernando Díaz 63 años. Trabajador independiente. Foto: Cortesía
”Bienvenido a casa papi, te amamos, te extrañamos” se lee en unas coloridas cartulinas pegadas sobre la reja de la puerta de su casa. De esta manera su hija y esposa recibieron a Fernando Díaz, de 63 años, luego de que le dieron el alta médica tras permanecer siete días hospitalizado por covid-19. Una ambulancia del hospital Los Ceibos, del IESS, lo trasladó hasta su vivienda en Guayaquil.
No hubo abrazos por el distanciamiento social. “Lloramos de felicidad por tenerlo de vuelta y que esté vivo. Había un motivo para celebrar entre tantas malas noticias”, cuenta su hija Leonor.
El alta que Fernando recibió por parte de los médicos del nosocomio no significa que esté curado. Su recuperación hoy continúa desde su hogar. Deberá cumplir el tratamiento por 14 días, usar mascarillas y cumplir con el aislamiento para terminar de curarse y estar libre de coronavirus. “Ahora debemos ser pacientes y esperar que pasen los 15 días para desinfectarnos y darle ese abrazo que nos debemos”, señala Leonor.
El 28 de marzo su familia vivió el día más angustiante de sus vidas cuando Fernando empezó a ahogarse hasta desmayarse. El virus había afectado sus pulmones por lo que requirió de varios tanques de oxígeno para mejorar. “Nos comunicaron que dependería de su evolución el tiempo de hospitalización”. Él solo estuvo siete días debido a que su organismo respondió al tratamiento.
Durante su estancia en la casa de salud, Fernando compartió la habitación con pacientes que murieron por covid. Recibió la mayor atención de los médicos, exámenes dos veces al día y medicación.
Para que su ánimo no decayera recuerda que hubo médicos y enfermeras que le prestaron el celular para hacer videollamadas y ver a su familia. Además recibió una carta en la que le pedían que no dejara de pelear. “Fue una forma de decirle que estábamos allí con él”.
“Donaremos el plasma para que más personas se salven”
Isabel Álava y Limberg Vásquez. Pastores. Foto: Cortesía
El 27 de marzo, el mismo día que cumplía años, Santiago recibió el peor regalo de su vida. Sus padres Limberg Vásquez,de 58 años, e Isabel Álava, de 56. debían ser ingresados por estar contagiados de covid-19. Ambos tenían comprometidos los pulmones. Él los tenía obstruidos en un 40% y ella el 15%.
Cuando él ingresó su incapacidad de respirar le exigía usar un cilindro diario de oxígeno. Había la posibilidad de ser internado en UCI para ser entubado. Sin embargo, con el pasar de los días fue mejorando. Los médicos decidieron disminuir el uso del oxígeno para luego quitárselo y enviarlo a casa. Su madre recibió el alta médica una semana antes. “Ella está súper bien, parece que no le ha pasado nada”.
Santiago relata que el primer día que llegó a casa su padre Limberg tuvo que hacer su primer esfuerzo al subir la escaleras y lo logró. Luego se tomó una sopa de hueso de carne que lo reanimó. Al día siguiente se sintió mejor. Ahora hasta baila y siente fortaleza.
Hoy han pasado nueve días desde que salió del hospital. “Todo esto fue un milagro de Dios. Mi padre es hipertenso y mamá es diabética e hipertensa. He conversado con otros amigos a quienes sus familiares no lograron superar el covid-19. Dios nos libró de la muerte”.
Asegura que su familia está agradecida con todos los médicos que los atendieron y estuvieron preocupados por la salud de ellos. Isabel y Limberg recibían dos veces al día visitas de doctores.
Ahora esta familia espera volver a realizarse una pruebas y dar negativo al virus. “Si esto ocurre donaremos nuestra sangre para que extraigan el plasma de ella y así se salven a más personas”. Para Santiago a Ecuador le hacen faltan buenas noticias que animen a la gente. (I)
“Volveré al hospital para cuidar a otros pacientes”
Alba Reyes. Licenciada en Enfermería. Foto: Cortesía
Alba Reyes, de 62 años, pasó de cuidar a los pacientes, por su labor como enfermera, a ser atendida por sus compañeros tras confirmarse que tenía covid.
Está agradecida con cada uno de los profesionales de la salud que estuvieron pendientes de su recuperación y salvaron su vida en el Hospital de Los Ceibos, de Guayaquil “Cada guardia de 24 horas salen saturados, empapados de sudor. Se deshidratan y hasta su piel se les enroncha”.
Ella ingresó allí luego de presentar severos problemas al respirar. Tenía una neumonía bilateral. En casa había pasado con náuseas, diarrea, fiebre, que la habían debilitado.
Sin embargo, su organismo logró recuperarse después de permanecer 10 días internada. “Me dolía la vida pensar que no iba a volver a ver a mis hijas y a mi nieta, pero tuve mucha fe en Dios y me aferré a ellas. Fue una lucha muy dura”.
Alba estuvo con oxígeno durante los 10 días. “Con el tratamiento que recibí estoy mejor y sé que pronto mis pulmones estarán limpios”. Lamenta que muchas de sus colegas se hayan infectado y que otros a pesar de ser jóvenes hayan muerto.
El 9 de abril Alba recibió el alta. El 24 deberá someterse a una tercera prueba con el hisopo para comprobar si su organismo aún aloja el virus de coronavirus o no en señal de su evolución.
Alba ha decidido que cuando se recupere y termine el aislamiento regresará a trabajar con todas las precauciones. “Cuando me recuperé me hice la promesa de ejercitarme; he podido ver que muchos que no logran sanarse tienen sobrepeso. Las personas sedentarias son las que más suelen complicarse”. (I)