Chocó Andino quiere ser nueva Reserva de biósfera
Especies emblemáticas como el oso de anteojos, el zamarrito pechinegro, el gallo de la peña, los olingos o tigrillos son parte de la biodiversidad de la zona del Chocó Andino —en el noroccidente de Pichincha—, que espera ser declarada Reserva de biósfera por la Unesco.
Según la bióloga Rebeca Justicia, aquí se ubica alrededor del 30% del total de las aves que tiene el país, y el 15% de las especies de plantas del Ecuador.
“Es importante este aspecto porque determina que en un pequeño espacio hay una gran diversidad sobre todo de plantas que son generadoras de vida como bacterias, hongos (...). Eso da la pauta de toda la diversidad que existe en este lugar”, aclaró.
Este territorio además encierra una población cercana a las 500 mil personas, que gracias a la naturaleza están protegidas de posibles aluviones.
“Es un sitio emblemático no solo de Ecuador, sino a nivel mundial para la observación de aves a donde acude mucha gente extranjera porque es una zona de especies endémicas tanto de flora como de fauna. También es un espacio de producción hídrica vital para garantizar agua para la alimentación y la agricultura”, dijo Tarsicio Granizo, ministro del Ambiente.
El expediente con toda la información requerida ya lo entregó el Ministerio del Ambiente (MAE), en conjunto con la Prefectura de Pichincha y esperan una decisión final del organismo internacional hasta junio de 2018.
El requisito fundamental para que la Unesco entregue una respuesta positiva, según la representante de ese organismo en Ecuador, Saadia Sánchez, es la armonía que debe existir entre la población de la zona y el uso sostenible de los recursos naturales con los que cuentan.
Este espacio comprende el 30,31% del total de la provincia de Pichincha, a solo 45 minutos de la capital Quito y encierra un área protegida (Reserva Geobotánica Pululahua), 20 bosques protectores, 8 tipos de ecosistema y se extiende en 3 cantones —Quito, Pedro Vicente Maldonado y San Miguel de los Bancos— y 14 parroquias.
“Los servicios ecosistémicos que estos bosques brindan a las poblaciones cercanas garantizan el hábitat y la vida, pues son la fuente de agua potable, para riego agrícola-productivo y ayudan a la generación de energía eléctrica”, refirió Gustavo Baroja, prefecto de Pichincha.
El funcionario destacó que esta provincia se caracteriza por una amplia producción agroecológica que genera salud para la población que labra la tierra y aquella que la consume.
“El trabajo de protección al ambiente lo hacemos en conjunto con las comunidades y de forma planificada. Todos somos conscientes de la importancia de conservar el ambiente en su estado natural”, reiteró Baroja.
Cada hectárea de bosque es capaz de absorber hasta 250 toneladas de carbono lo que garantiza calidad del aire.
Aquí está el corredor del oso
Entre las reservas que también se ubican en este espacio están la de Maquipucuna, Santa Lucía y Pahuma que encierran el corredor natural del oso andino.
Este proyecto compite internacionalmente por albergar la conservación de una de las 8 especies de osos que existen sobre la tierra y que en Ecuador está amenazado con un poco más de ejemplares existentes.
El corredor se localiza en las poblaciones de Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito y San José de Minas y abarca una extensión de 65 mil hectáreas.
“Si nosotros logramos esta distinción nos permitirá fomentar más el turismo porque esta región vive de esto y hemos aprendido a reconocer que la presencia de turistas se basa en la mantención de una naturaleza intacta”, comentó Justicia, quien es representante de la Reserva privada Maquipucuna.
Precisamente este espacio es el lugar donde mayoritariamente se puede observar a esta especie disfrutando de los ‘aguacatillos’ en una determinada época del año.
“Por los cambios climáticos no podemos aún determinar exactamente en qué meses sería factible esta observación continua, pero para este año esperamos que entre noviembre y diciembre se dé este acontecimiento que es único en el mundo”, acotó Justicia.
Chocó tiene el primer bosque modelo
La mancomunidad del Chocó Andino cuenta con el primer bosque modelo declarado del país. El año anterior, la Red Iberoamericana de Bosques Modelo (Riabm), integrada por 164 países, reconoció este espacio como uno de los 28 bosques de esta categoría que existen en el mundo.
Los bosques modelos son paisajes forestales a gran escala que tienen como finalidad contribuir al desarrollo sostenible de las poblaciones cercanas que se nutren básicamente del ecoturismo para lo cual han desarrollado un estrecho relacionamiento con la conservación extrema del entorno.
La Mancomunidad del Chocó Andino es un área de 125 mil ha, con una población que bordea los 19 mil habitantes y posee un territorio con una escala altitudinal que va desde los 500 a los 4.700 m s. n. m., registrando 11 sistemas ecológicos que van desde los páramos hasta los bosques lluviosos piemontanos.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Patrimonio, en el Chocó Andino existen alrededor de 320 sitios arqueológicos. Además, el 60% del territorio se encuentra bajo alguna categoría de manejo orientada a la conservación y al uso sustentable de la tierra.
Minería quedará fuera
La zona del Chocó Andino también es una zona minera, con algunas concesiones aprobadas por el Ministerio del ramo; pero de acuerdo con el MAE al momento solo 2 canteras operan básicamente en la extracción de material pétreo.
“Estamos proponiendo que en la zona núcleo de biósfera no se pueda realizar ningún tipo de actividad minera porque sus límites precisamente son las áreas protegidas”. (I)
Datos
Ecuador al momento cuenta con 6 zonas de Reserva de biósfera declaradas oficialmente por la Unesco.
Estos espacios se encuentran ubicados en el Archipiélago de Galápagos, en el Yasuní, en Sumaco, Podocarpus - El Cóndor y el Maciso del Cajas.
Cuenta con la primera Reserva de biósfera trasnacional de Sudamérica, declarada en junio de este año, la cual se denomina “Bosques de Paz” y abarca los territorios del país y de Perú. (I)