Ecuador cuenta con 7 reservas de biosfera
La zona del Chocó Andino, ubicada en el noroccidente de la provincia de Pichincha, es la nueva reserva de biosfera declarada por la Unesco; y con la cual Ecuador contabiliza un total de 7 en el territorio continental e insular.
“Con esto demostramos al mundo que el desarrollo económico-social puede darse en armonía con la naturaleza”, precisó Tarsicio Granizo, ministro del Ambiente, quien reconoció que uno de los desafíos es regular las ocho concesiones mineras y sobre todo aquellas ilegales.
Esta zona tiene una extensión de 286.805 hectáreas, que representan el 30,31% del territorio total de la provincia, y está a solo 45 minutos de la capital, Quito.
Aquí se desarrolla la vida de alrededor de 500 mil habitantes que se dedican a la producción agroecológica y orgánica, así como al ecoturismo; y por las bondades naturales están protegidos de posibles aluviones. Ellos fueron los principales gestores de la iniciativa apoyada por los organismos gubernamentales.
“Los bosques de esta región garantizan el hábitat y la vida de la provincia, ya que son fuentes de agua potable y de riego productivo”, aseveró el prefecto Gustavo Baroja.
El funcionario precisó que cada hectárea de bosque es capaz de absorber hasta 250 toneladas de carbono, lo que facilita la renovación del aire.
En este espacio se encierra un área protegida de (Reserva Geobotánica Pululahua) 20 bosques protectores, ocho tipos de ecosistema y se extiende a tres cantones (Quito, Pedro Vicente Maldonado y San Miguel de los Bancos) y abarca 14 parroquias.
La bióloga Rebeca Justicia acotó que en el Chocó Andino existe el 30% del total de las aves que hay en el país y el 15% de las especies de plantas en Ecuador.
En este espacio natural se concentra la flora y fauna, que incluye especies emblemáticas del país, como el oso de anteojos, el zamarrito pechinegro, el gallo de la peña, olingos, tigrillos e infinidad de insectos, anfibios y reptiles.
“Los servicios ecosistémicos que estos bosques brindan a las ciudades de Quito, Los Bancos y Pedro Vicente Maldonado garantizan el hábitat y la vida, pues son una fuente de agua potable para riego productivo y generación de energía eléctrica. Cada hectárea de bosque absorbe hasta 250 toneladas de carbono, renovando el aire que respiramos”, mencionó el Prefecto.
Corredor del oso de anteojos
Las reservas Maquipucuna, Santa Lucía y Pahuma, que también son parte del Chocó Andino, constituyen el lugar en donde se forma el corredor natural del oso de anteojos que abarca una extensión de 65.000 hectáreas, que están distribuidas entre las parroquias Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito y San José de Minas.
Este corredor es parte de las tres áreas núcleos esenciales que forman parte de la Reserva del Chocó Andino por la diversidad.
“Aquí es posible observar de cerca el desplazamiento del oso andino, que en diciembre acude en busca de los aguacatillos que son su principal fuente de alimento”, refirió Granizo.
Saadia Sánchez, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en Ecuador, mencionó que entre los puntos considerados para la designación fue el mosaico de sistemas ecológicos.
Para Raúl Narváez, guía de la Reserva Mindo-Nambillo, la declaratoria de biosfera demuestra al mundo que se puede crecer económicamente sin que afecte a la naturaleza. (I)
El proceso
Las reservas de biosfera
Las seis reservas de biosfera que hasta el momento tiene el país están localizadas en el archipiélago de Colón (Parque Nacional Galápagos), Yasuní, Sumaco, Podocarpus- El Cóndor, Macizo del Cajas y en el Bosque Seco. (I)
10 meses pasaron desde la entrega del expediente a la Unesco hasta la declaración como Reserva de biosfera.
Armonía en la zona
El requisito fundamental para lograr la declaratoria es por la armonía que hay entre la población de la zona y el uso sostenible de los recursos naturales con los que cuentan los pobladores. (I)