Cédula ya no incluiría el “de” en la firma de las mujeres casadas
La eliminación de la preposición “de” en el apellido de las mujeres casadas, la supresión de la información que consta en la actual cédula de identidad, así como el cambio sugerido por colectivos GLBTI de reemplazar la palabra “sexo” por “género” son algunas de las reformas que se pretende incluir en la nueva Ley General del Registro Civil, que se presentó a primer debate en la Asamblea Nacional.
La ley vigente fue promulgada el 21 de abril de 1976. Autoridades y proponentes de las modificaciones coinciden en que esta es antigua y no tiene concordancia con las disposiciones de la Constitución aprobada en 2008. “Queremos eliminar la preposición “de” en el apellido de las mujeres casadas porque es un símbolo de machismo que denota propiedad”, sostuvo el presidente de la Comisión de Gobiernos Autónomos de la Asamblea, Virgilio Hernández. Según dijo, en pleno siglo XXI no se puede poner en discusión que una mujer le pertenezca a su pareja: “eso es anacrónico”.
En la actualidad, varias mujeres firman y utilizan el apellido de sus esposos como parte de su identificación. Daniela Ayala, de 25 años, decidió firmar en su cédula de casada como “Daniela de Noriega”.
Para esta estudiante de sicología su cambio de firma reveló el paso de ser soltera a una señora, reconocida por la sociedad. Sin embargo, no considera que esa palabra sea sinónimo de pertenencia. “Una preposición no significa que eres propiedad de alguien o que tus derechos cambian. Mi esposo y yo tenemos iguales derechos como responsabilidades en el hogar, trabajamos por igual. Esa denominación no ha cambiado mi vida”, anotó.
Sonia Brito, enfermera de 45 años, piensa muy diferente a Daniela. Explicó que firmó Sonia de Noboa en su cédula por el sentimiento de amor a su pareja, pero con el paso del tiempo ya no le agrada la idea. “Me casé a los 22 años y firmé así para complacer a mi esposo, pero la verdad quisiera cambiar mi firma porque me parece que es como no tener personalidad y eso me molesta. No porque haya dejado de amar a mi marido sino que realmente no me gusta”, argumentó.
No obstante, Hernández aclaró que de aprobarse estas reformas, las mujeres que deseen firmar con esta preposición lo podrán seguir haciendo. “Las personas pueden seguir firmando de esa forma, pero lo que no puede existir es una disposición de la ley que establezca que una persona le pertenezca a otra”.
Planteamientos adicionales
Otra de las propuestas que se busca incluir en esta nueva normativa radica en suprimir información que consta en la actual cédula y que, a criterio de la comisión, es discriminatoria. A su vez propone agregar datos que son de mayor relevancia para un documento de identidad.
“La cédula tiene que reflejar lo que los ecuatorianos son. Estamos buscando sacar de ésta aquellos elementos que generan discriminación, como la instrucción superior. Queremos agregar datos que permitan identificar a las personas como su tipo de sangre y si es o no donante de órganos”, indicó Hernández.
Un cambio impulsado por colectivos GLBTI es la identificación del género de una persona en lugar del sexo cuando ésta haya cumplido la mayoría de edad.
Esta eventual modificación se sustenta en base al artículo 11 de la Constitución, el cual establece que “nadie podrá ser discriminado por razones de etnia, lugar de nacimiento, edad, sexo o identidad de género”.
Diane Rodríguez, activista transfeminista, respalda este cambio. “Yo tengo una identidad de género femenino, pero nací biológicamente hombre. Lo que socializamos en el día a día es nuestro género y eso debe estar en el documento de identidad. La cédula sirve para ejercer derechos y en el caso de las personas transgénero y transexuales nos vulneran y nos discriminan”.
Rodríguez ejemplificó que un acto discriminatorio fue el inconveniente que tuvo para proceder con un trámite bancario, ya que al presentar su cédula tuvo que explicar a los trabajadores que ella es transgénero.
Pero Hernández aclaró que las reformas propuestas no abarcan la legalización de matrimonio ni adopción de hijos para personas del mismo género. “No estamos planteando el cambio registral del sexo, sino que pueda evitarse la discriminación por identidad sexual. Por lo tanto, no se ha pensado en permitir el matrimonio de personas con el mismo sexo ni tampoco la adopción por parte de éstas”.