Austria y Alemania, dispuestas a recibir inmigrantes de Hungría
Austria y Alemania anunciaron que aceptan acoger a centenares de migrantes bloqueados desde hace días en Hungría, que este viernes reanudaron su marcha hacia Europa Occidental, aumentando la presión para que la UE halle una respuesta a la profunda crisis migratoria.
La decisión, motivada por "la actual situación de emergencias en la frontera húngara", fue anunciada al primer ministro húngaro, Viktor Orban, por el canciller austriaco, Werner Faymann, "en concertación" con la canciller alemana Angela Merkel, precisó la Cancillería austriaca a la agencia APA.
A 2.000 km de allí, en Kobane (Siria), Abdulá Kurdi, el padre del niño de tres años que se ahogó en las costas turcas junto a su hermano y su madre en su intento por llegar a la isla griega de Kos, enterró a su familia.
El padre de Aylan mantuvo el cuerpo del niño en sus brazos antes de posarlo en la fosa, según relató un testigo.
La imagen del niño sirio Aylan Kurdi, de 3 años, muerto en una playa de Turquía, se ha convertido en un poderoso símbolo y una formidable herramienta de presión sobre los países de la Unión Europea, divididos sobre cómo encarar la presión migratoria.
La conmoción por este último drama parece haber vencido las resistencias del primer ministro británico, David Cameron, criticado por su falta de implicación en la crisis de los migrantes.
En Lisboa, Cameron anunció este viernes que Gran Bretaña está dispuesta a acoger a "miles de refugiados sirios adicionales". Londres otorgó protección a 219 sirios el último año y medio.
"Frente a la magnitud de la crisis y el sufrimiento de la gente, puedo anunciar hoy que haremos más, acogiendo a miles de refugiados sirios adicionales", declaró.
Corredor ferroviario
En Budapest, que suspendió los trenes con destinos internacionales hace cuatro días --en particular hacia Austria y Alemania--, un millar de migrantes, entre ellos niños y personas en sillas de ruedas, habían salido por la tarde de la estación central para intentar llegar a pie hasta Austria, distante de unos 175 km.
En paralelo unos 300 migrantes se escaparon de un campamento de acogida en Roszke, cerca de la frontera con Serbia, lo que llevó a las autoridades a cerrar parcialmente un paso fronterizo situado en las cercanías, una frontera en donde ya erigió una valla de 175 km.
El Gobierno húngaro anunció la noche del viernes, tras varios días de bloqueo, que aceptó movilizar un centenar de autocares para conducir hasta la frontera austriaca, tal como deseaban, a los inmigrantes en marcha hacia esa frontera y a los que siguen abarrotando la principal estación de Budapest.
Hungría, uno de los principales países de tránsito en Europa Central, enfrenta una llegada de refugiados sin precedentes. Sólo el jueves llegaron unas 3.300 personas, según la ONU.
En agosto llegaron al país más de 50.000 migrantes.
Esta situación llevó al Parlamento a aprobar este viernes de manera urgente un refuerzo de las leyes anti-inmigración propuestas por el gobierno de Viktor Orban, y decretó el "estado de crisis", una disposición que otorga mayores prerrogativas a las autoridades.
Hungría critica que Alemania haya tomado la decisión de no reenviar a los refugiados sirios al país miembro de la UE al que llegaron en primer lugar, como lo disponen los acuerdos comunitarios. Esto crea, según Budapest, un efecto llamada.
"Europa debe dejar de suscitar sueños y esperanzas irrealistas", dijo el ministro de Relaciones Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, al llegar a Luxemburgo a un reunión de dos días con sus homólogos del bloque.
Ante esta situación, la República Checa y Eslovaquia propusieron abrir un corredor ferroviario para los refugiados sirios entre Hungría y Alemania, si Budapest y Berlín están de acuerdo.
Los mandatarios de estos dos países se reunieron en Praga con sus pares de Polonia y Hungría. Los cuatro jefes de Estado reafirmaron su oposición al sistema obligatorio de reparto por cuotas de solicitantes de asilo propuesto por la Comisión Europea.
200.000 refugiados
La UE, en particular los países del litoral meridional del bloque, enfrentan una presión migratoria sin precedentes. Desde comienzos de año, más de 350.000 personas han cruzado el Mediterráneo, y más de 2.600 murieron al intentar llegar por mar a Europa, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Esta situación, la presión migratoria que desborda las infraestructuras de acogida y los sucesivos dramas que se repiten desde hace meses, llevaron a la Comisión Europea a proponer el reparto obligatorio de solicitantes de asilo recibida con dispar entusiasmo por los 28.
La semana próxima hará nuevas propuestas para que el reparto de los solicitantes de asilo alcance las 120.000 personas. En julio los 28 sólo aceptaron un reparto voluntario de demandantes, sin un mecanismo permanente, y propusieron un total de 32.000 plazas.
La ONU volvió a presionar este viernes a los europeos al pedir el reparto obligatorio de al menos 200.000 demandantes de asilo entre los 28 miembros de la UE.
Por otra parte, la OIM anunció que al menos 30 personas que zarparon desde Libia estaban desaparecidas en el Mediterráneo luego de la embarcación neumática con entre 120 y 140 personas comenzara a hundirse. Los guardacostas italianos rescataron a 91 personas.
En otro incidente, una lancha de los guardacostas italianos socorrió a una embarcación en dificultades con 106 personas a bordo. (I)