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Ecuador, 26 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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El pasado lunes la unión europea fracasó en llegar a un acuerdo para repartir los pedidos de asilo

3 países europeos cierran fronteras

Miles de personas esperan una decisión de la UEpara otorgar los asilos en condiciones precarias. El flujo de migrantes llegaría a los 350.000. Foto: AFP
Miles de personas esperan una decisión de la UEpara otorgar los asilos en condiciones precarias. El flujo de migrantes llegaría a los 350.000. Foto: AFP
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La situación de los miles de refugiados atrapados en las fronteras de los países centroeuropeos empieza a desbordar a las autoridades de la Unión Europea (UE) y amenaza con convertirse en un conflicto de inusitada envergadura. El fracaso con el que concluyó el pasado lunes la reunión sobre las cuotas para absorber a más de 140.000 solicitudes de asilo tramitadas, menos de la mitad de los refugiados que ahora están en Europa, ha demostrado la incapacidad de los 28 estados para llegar a acuerdos de calado en materia humanitaria.

Miles de personas esperan una decisión en condiciones precarias dentro de los improvisados campos de refugiados que varias organizaciones, como Médicos Sin Fronteras (MSF), han habilitado para recibir a una muchedumbre que jornada tras jornada crece en número y que podría superar ya las 350.000 almas. Otro problema en ciernes, y que agravará más su situación, es que el frío invernal se acerca. En un par de semanas, las temperaturas en los países de Serbia, Hungría, Croacia y Macedonia comenzarán a caer de forma inexorable y se presentarán las primeras nevadas.

El representante de Relaciones Externas de MSF en España, Carlos Ugarte, aseguraba a EL TELÉGRAFO que la discusión en la que está enredada Europa “no soluciona nada porque hay miles que llegarán en las próximas semanas de manera imparable” y se quejaba de que el problema “es que no hay una política común en nada”. Según sus datos, más de los 4 millones de refugiados sirios esperan en Líbano, Jordania y Turquía, una oportunidad.

En Líbano uno de cada cuatro residentes ya es de origen sirio y el porcentaje podría aumentar si los 8 millones de desplazados internos encuentran un paso fronterizo abierto para huir de una guerra con niveles de brutalidad que llegan al paroxismo.

Decenas de refugiados han llegado a España con relatos espeluznantes. El pasado 1 de septiembre, Mohammed Karaman cumplió 23 años. En una mesa, de su pequeño piso de Madrid, hay una tarta a la que le faltaban cinco velas: las de los cinco años que pronto cumplirá la guerra en Siria. Alrededor de la mesa, una silla vacía: la del padre al que, durante el éxodo, dejaron enterrado en Beirut.

Mohammed Karaman es alto y tiene unos profundos ojos verdes que todavía se humedecen al hablar de Alepo, la ciudad donde nació, la que aportaba el 50% de la riqueza antes del inicio de la guerra. “Huimos con las manos vacías y a partir de entonces nos trataron mal. Primero en Líbano, más tarde en Europa. Nos insultaban, nos decían que nos fuéramos”, dice. Mohammed tuvo la suerte de escapar cuando las embajadas europeas aún no habían cerrado sus puertas a la decencia y a la legalidad internacional. Él solicitó refugio en la de España, que terminaba de trasladar su misión diplomática de Damasco a Beirut. Pero eso ya no sucede.

La presidenta del Comité de Ayuda al Refugiado español (CEAR), Estrella Galán, denunció en reiteradas ocasiones las consecuencias que han provocado el cambio de política de los países europeos sobre la concesión de visados humanitarios. “Que estén absolutamente cerrados vulnera los acuerdos internacionales en vigor y solo contribuyen a alimentar a las mafias que se enriquecen del drama”, afirma.

La decisión de levantar muros de alambres y espinos que han tomado varios gobiernos, como el de Hungría, ha causado una ola de protestas entre la ciudadanía y las organizaciones que atienden sobre el terreno a las personas que alcanzan la frontera. Carlos Ugarte no tiene dudas. “Cuando alguien ha logrado sacar a su hijo de una ciudad como Alepo se convierte en una persona imparable. Los mueve el impulso vital por la supervivencia. Lo único que logran esas vallas es desplazar el flujo migratorio a otro lugar que   es más peligroso”, asegura.

Ese lugar al que alude el responsable de Relaciones Externas de MSF es el Mediterráneo. Desde el pasado mayo, su ONG tiene tres barcos en permanente movimiento para auxiliar a los cientos de refugiados que salen de Libia y tratan de alcanzar la orilla italiana. Allí no hay cámaras que registren lo que sucede, como ocurre ahora en Croacia y Hungría. “Hemos atendido a más de 15.000 personas en el mar, es decir, a 15.000 candidatos a ahogarse sin que nadie se entere”. (I)

¿Cuál será el impacto económico y demográfico de la migración en Europa?

Cuando la persecución religiosa, alrededor del año 1700, trajo a los protestantes franceses a la antigua Prusia en Berlín, la población nativa alemana aumentó 1%. Los migrantes en aquel entonces trajeron consigo conocimientos, otras destrezas y tecnologías, con un efecto positivo para la productividad de Alemania, explica Guntram Wolff, director del Instituto Bruegel en el portal del Foro Económico Mundial.

Unos 300 años más tarde Alemania enfrenta la llegada de nuevos migrantes. Las autoridades de Berlín esperan reubicar 800 mil pedidos de asilo en 2015. Esta cifra, que es mayor de lo que otros países europeos aceptarán, representa alrededor del 1% de la población alemana actual. “Cuán rápido estos migrantes serán integrados será decisivo para la economía de Alemania y de la Unión Europea (UE)”, dice Wolff en su informe.

El estudioso indica que los sirios y afganos que buscan refugiarse en Alemania son significativamente más jóvenes que los habitantes de ese país. “Dada la situación demográfica alemana, estas son buenas noticias”.
Alemania cuenta con la tasa de natalidad más baja del mundo: 8,2 por 1.000 habitantes entre 2008 y 2013, de acuerdo con un estudio reciente del influyente instituto de análisis poblacional con sede en Hamburgo, HWWI.

Para 2060, se espera que la población del país se reduzca de 81 a 67 millones de personas.

El ministro de Finanzas del Gobierno alemán, Wolfgang Schäuble, ha expresado que los costos inmediatos de atender los pedidos de asilo son manejables para el país. A Schäuble le preocupan los costos a largo plazo, como las pensiones y seguro de salud.

Para esto, Wolff también tiene su explicación: los migrantes suelen depender menos de la seguridad social pública. “Los migrantes que viven actualmente en Alemania pagan hasta el 35% más al Estado con respecto a los beneficios sociales que reciben. Pero los impactos a largo plazo también dependen de insertar laboralmente a estos ciudadanos”, dice Wolff.

En este punto las propias industrias alemanas han abogado a las autoridades para que se ejecuten cambios legales y facilitar la integración de trabajadores cualificados. Han pedido que se genere la figura de aprendices en las empresas, para que sean integrados.

Alemania aún tiene la reputación de ser restrictiva con respecto a los permisos laborales, lo que, según Wolff, ha perjudicado a su industria. “Más trabajadores significará más demanda e inversión, además los migrantes necesitarán casas impulsando el sector de la construcción”, agrega el especialista económico.

En España cuando empezaron a partir del año 2000 a llegar miles de migrantes latinoamericanos, incluyendo Ecuador, Wolff cita que la economía repuntó y el déficit interno decreció. “Angela Merkel tiene la histórica decisión de volver la crisis de refugiados en una oportunidad para Alemania y la UE”. (I)

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