Los Ciudadanos se organizan en Viena y Múnich para ayudar a los migrantes
17.000 refugiados ingresaron a Alemania
El éxodo masivo de ciudadanos, la mayoría sirios, que huyen del conflicto civil en países de Oriente Medio y África hacia Europa, solo es comparable al que causó la Segunda Guerra Mundial. La Agencia de Refugiados de Naciones Unidas (Acnur) alertó que 350 mil personas cruzaron el Mediterráneo, desde principios de año, y de ellos 107 mil solo en julio pasado.
Asimismo, y en lo que va del año murieron más de 2.500 en el intento, según el mismo organismo. En la ruta de los Balcanes, los refugiados, la mayoría sirios y afganos, pasan por Grecia, Macedonia y Serbia antes de ingresar a Hungría, país desde donde continúan el viaje hacia Europa occidental, sobre todo a Alemania y Suecia.
Este fin de semana, unos 17 mil refugiados llegaron a Alemania, provenientes de Hungría y después de cruzar Austria, cuyo gobierno anunció que cerrará de forma gradual el paso libre en su frontera para los migrantes. Mientras que, miles continúan a pie su travesía desde Budapest hasta el territorio alemán, en Viena una caravana de 50 vehículos particulares viajó ayer a Hungría para recoger a inmigrantes y trasladarlos a Austria.
La clase media abandona Siria
La mayoría de los sirios huye de la guerra en Homs o Alepo, pero escapan principalmente del Estado Islámico (EI) que controla 90.000 km² de Siria, donde han impuesto una dictadura de terror. Pero cada vez más, una clase media, educada y aún con recursos, abandona Damasco recurriendo a los traficantes como última opción. Médicos y campesinos sirios comparten lugares en las pateras (embarcaciones precarias utilizadas para la fuga). Lo hacen agotados psicológicamente. Hastiados de bombas y morteros.
Quienes permanecen en el país son reclutados por el Ejército. Migrar es un lujo que pocos pueden permitirse. Solo miles entre los 23 millones de sirios pueden afrontar los entre 2.500 € y 4.500 € que cuesta el pasaje ilegal a Europa. Un viaje con altos riesgos y sin boleto de retorno.
La oleada de refugiados que llega a Europa no solo abrió el debate de cómo albergar a las miles de personas que huyen del conflicto, sino el de la conveniencia o no de una intervención militar para tratar de resolver el problema en la raíz.
Si hasta ahora las potencias occidentales se limitaron a bombardear posiciones estratégicas del EI en Siria o Afganistán, con Estados Unidos a la cabeza y la incorporación más reciente de Turquía, que tiene el conflicto a las puertas, los líderes de los países europeos, como Reino Unido y Francia, comienzan a plantearse la necesidad no solo de participar en los ataques aéreos, sino de llevar a cabo acciones terrestres para terminar el problema de raíz: destruir el Estado Islámico. (I)