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Ciudadanía

El mall es el segundo 'hogar' de los ecuatorianos

El mall es el segundo 'hogar' de los ecuatorianos
Foto: Fernando Machado / El Telégrafo
03 de julio de 2016 - 00:00 - Diana Vera López

Los centros comerciales se han convertido en espacios  atractivos para los ciudadanos;  bajo un mismo techo se instalan múltiples tiendas, supermercados, bancos, además de locales de entretenimiento y ocio. Carlos Dusán y su pequeña sobrina recorren las instalaciones del Mall del Río, uno de los centros comerciales más grandes de Cuenca. Pasean, conversan, la pequeña ingresa a una tienda de juguetes y al salir tiene una muñeca en sus manos.

La visita al Mall, según Dusán, estaba planificada como un simple paseo,  sin embargo también se convirtió en un gasto.
“Se pueden presentar como un lugar de encuentro para compartir, pero también son lugares donde las personas pueden perder su identidad porque se concentran mucho en la compra y en el consumo”.

A pocos metros de Dusán, en el patio de comida, Sofía Ordóñez espera que sus hijos disfruten de un helado. Para ella los centros comerciales “son útiles”, pues evitan que los ciudadanos tengan que movilizarse de un lado a otro para hacer sus compras.

Mientras Dusán visita este lugar todos los fines de semana, Ordóñez acude una o 2 veces por mes. Cuando se creó el Mall del Río en la capital azuaya (junio de 2004), según Juan Fernando Cordero, gerente, existían dudas de que el sitio tuviera aceptación e incluso hubo problemas para arrendar los locales comerciales. “Luego tuvimos que crear por parte nuestra ese hábito de que la gente venga”.

Tener todo bajo un mismo techo ha hecho que estas construcciones se conviertan en un atractivo para los ciudadanos. En los últimos años, en Cuenca, se han instalado varios centros en áreas periféricas.

Este proceso no tomó mucho tiempo, ya que según Cordero, después de  diciembre de 2004 tuvieron un crecimiento importante. “La gente se dio cuenta de que no pagaba más, de que estaba segura visitando el centro, de que tenía no solamente un tema de moda en el mall, sino de servicios de toda índole, diversión y entretenimiento”.

Si en el 2004, cerca de 10 mil personas ingresaban diariamente al centro comercial, en la actualidad la cifra se ha triplicado, dijo Cordero.

Durante este tiempo se han hecho dos ampliaciones, la última de un área bancaria y en la actualidad la ocupación es del 100% (200 marcas). Este centro comercial tiene alrededor de 2 mil parqueaderos que no cubren la demanda,  sobre todo los fines de semana, días en que se forman largas filas de vehículos para ingresar.

“Yo vengo acá para no estar yendo de un lado a otro, hago las compras para la casa y aprovecho para ir al cine”, dijo Carlos López, acotando que acuden al mall unas dos veces por mes.

A decir del sociólogo Humberto Chacón, el proceso de modernización de las sociedades trae consigo cambios en el comportamiento de las personas y las  actuales generaciones están viviendo en una sociedad de “concentración de la oferta”.

El sociólogo define la presencia de los centros comerciales como una especie de estrategia de los comerciantes para responder a las expectativas de una sociedad que tiene menos tiempo para realizar  actividades, generando incluso un nuevo proceso de interacción social: “Es la interacción de los ciudadanos con una oferta empaquetada de productos de comercialización”.

Chacón también señala que se trata de  una especie de convocatoria contagiosa al consumo. “Estos centros no están vinculados prioritariamente con la necesidad de consumo de la población sino más bien suceden en el marco de esta suerte de mercantilización profunda que transforma el consumo en consumismo”.  

En los últimos años en la capital azuaya estos centros se han expandido por toda la ciudad. Se  han instaurado en  formatos  más pequeños y en áreas periféricas con el fin de que los habitantes de esas zonas no tengan que desplazarse para realizar sus compras, es el caso del Monay Shopping (sureste) y del Racar Plaza (noreste).     

Para Gladys Juela, quien atiende un local de bisutería en el Mall del Río, existe un cambio generacional. Explica que en la actualidad cuando a un joven se le consulta dónde realizar las compras, inmediatamente responde al mall.

A pesar de esto, Juela, al igual que otros ciudadanos, consideran que aún en la ciudad los malls no han desplazado las actividades tradicionales de las familias como ir a parques o plazas. “Eso lo digo porque cuando los días son soleados no llega mucha gente porque está en los parques o viaja, pero cuando llueve son los días que el mall más se llena”.

En este ambiente, los elementos visuales e iconográficos actúan como los principales focos para captar la atención de los clientes. De hecho, según la investigación Centros Comerciales, espacios posmodernos de Ocio y Consumo, estos elementos visuales ayudan a crear estéticas imaginativas y ficticias en una realidad posmoderna donde la imagen representa el todo.

Ademas, es frecuente que estos sitios promuevan temáticas diversas con motivo de eventos y onomásticas, siendo el ejemplo más conocido las fechas navideñas. (I)

En la capital azuaya, los fines de semana se incrementa el número de ciudadanos que acuden a los centros comerciales. Una de las áreas que genera más tráfico es el patio de comida.

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