Publicidad

Ecuador, 26 de Diciembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Waoranis habrían alistado ataque con antelación

Líderes indígenas amazónicos y expertos coinciden en señalar que el presunto ataque waorani contra los pueblos en aislamiento voluntario de los  taromenanes,  fue una venganza tras el asesinato de los ancianos waoranis Ompure y su esposa Buganey, ocurrido el 5 de marzo.

Incluso, aseguran que pudo evitarse el incidente ocurrido el fin de semana pasado si se tomaban acciones desde el Estado, desde las autoridades locales y las etnias.      

Milagros Aguirre, directora ejecutiva de la Fundación Alejandro Labaka en la Amazonía, dijo que alertaron constantemente de las expediciones que estaban  haciendo los waoranis de la familia de Ompure y Buganey en busca de venganza.       
Sin embargo, indicó que pese a la alerta que hicieron durante todo marzo, no obtuvieron respuesta, no hubo acompañamiento de la comunidad a la que pertenecía Ompure, ni tampoco se registró una reparación de las víctimas y ninguna acción concreta. “El sentimiento de venganza y de miedo da como resultado esta  situación. Todos tenemos parte de culpa, pero evidentemente es una responsabilidad del Estado, que no supo proteger a esos pueblos, y de las organizaciones indígenas. Esto era la crónica de una muerte anunciada”, señaló Aguirre.

Manifestó que se sabe que los waoranis organizaron tres expediciones al interior de la selva, producto de lo cual habría un “genocidio” y dos niñas secuestradas. “Probablemente esta venganza signifique la muerte de al menos media población de taromenanes. Habrá que ver si todavía hay estos grupos o si prácticamente se limpió la selva de ellos”, indicó.

Ayer, el vicepresidente de la Nacionalidad Waorani del Ecuador (NAWE), Gilberto Nenquimo, dijo que el ataque perpetrado el pasado viernes en contra de los taromenanes se debe a represalias por la muerte de Ompure.

Por versiones de quienes habrían participado del hecho -según Nenquimo- los causantes de la masacre serían familiares de los ancianos asesinados, quienes han atacado la aldea de los taromenanes (choza) en donde habitaban más de 50 indígenas no contactados. “Es preocupante porque han utilizados armas, escopetas y han incendiado las chozas. No sabemos dónde consiguieron todo eso. Estamos muy preocupados porque la comunicación con Yarantaro está muy limitada”, indicó.

Ratificó que se mantiene la resistencia de waoranis de prohibir el ingreso de la dirigencia y de las autoridades hasta la comunidad Yarantaro y Dicaro, por temor a que puedan ser detenidos.

Contenido externo patrocinado