Petroecuador realiza las inspecciones para determinar las causas
El olor a gas preocupa a dos sectores en El Guabo
Inquietud y preocupación existe en los habitantes de las parroquias Barbones y Tendales, en el cantón El Guabo, provincia de El Oro, por el olor a gas que, posiblemente, se emana desde las cañerías que llevan el combustible hasta las viviendas.
Estos dos sectores, junto a la comuna Bajo Alto, son los tres poblados de todo el país que reciben el gas licuado de petróleo (GLP) a través de redes de tubería, aprovechando la explotación que se da en el Golfo de Guayaquil.
La preocupación de los cerca de 15 mil habitantes de los dos poblados fue tal que tuvieron que dormir con las ventanas y puertas abiertas para no tener problemas en su salud, además las autoridades de la parroquia Barbones suspendieron la quema de castillos y juegos pirotécnicos ante un posible peligro que pueda existir.
El ECU-911 reportó varias llamadas de auxilio. Por esta razón acudieron hasta el sitio miembros del Cuerpo de Bomberos y personal de Petroecuador para realizar una inspección y encontrar la posible fuga.
“Creíamos que era la tubería general la que sufrió daños, pero al parecer con las revisiones que ha realizado Petroecuador se pudo conocer que en los medidores es de donde se produce el escape del gas”, dijo Denisse Sandoval, concejal del cantón El Guabo, quien acudió a las parroquias donde por primera vez se presenta esta situación, desde su instalación en el año 2011.
Empero, hasta el fin de semana el inconveniente no se había superado en su totalidad, las molestias para los habitantes continuaban, es así que los pobladores mostraron su preocupación pues, según ellos, el inhalar gas les ha provocado “mareos, vómitos y hasta dolores de cabeza”.
“Ya no soportamos esta hediondez, pensé que era solo en mi casa, por eso cerré la llave de gas, pero al salir a la calle la gente estaba igual”, afirmó Argentina Ordóñez, moradora de la calle 5 de Junio de la parroquia Barbones.
Yolanda Reyes, quien habita en el barrio Kuwait, señaló que la semana anterior no pudieron cocinar por miedo a provocar un incendio. Afirmó que el problema en la noche es más fuerte, pues “el olor a gas nos hace lagrimear los ojos”, dijo.
El comandante del Cuerpo de Bomberos del cantón, Javier Mora Naula, sostuvo que al parecer hubo una sobrecarga del producto de gas, el cual habría provocado que los medidores sufrieran problemas. (I)