Alcanzó el primer puesto tras competir con otras 5 representantes de distintos mercados de la ciudad
Doña Rosa sin ninguna estrategia aspira ganar el Mundial del Hornado
Las felicitaciones a Rosa Otavalo no faltan. En su puesto ubicado en el mercado 27 de Febrero las personas que pasan también le desean suerte y le motivan a que sea la representante del Azuay en el Primer “Mundial del Hornado”.
Doña Rosa como la conocen, asegura que no implementará ninguna estrategia para ganarle a las otras cinco participantes de la provincia en las semifinales. “Yo prepararé igual como lo hago todos los días para que coman mis clientes”, dijo la mujer de 60 años, quien deberá competir el 26 y 27 de julio con sus rivales de Girón, Nabón, Guachapala, Paute y Gualaceo.
Otavalo aseguró que no tiene ningún secreto al momento de preparar el hornado. Ingredientes de calidad y que todo sea natural son los aspectos que consideró que tal vez podrían influenciar en el sabor. “Pero yo digo que todo está en Dios, porque él pone el sabor en cada persona”, dijo.
Fue su cuñada quien le enseñó hace 24 años a preparar el chancho, desde ese entonces se dedica a vender este plato típico. Dijo ser una madre soltera y que la venta de esta comida le ha permitido sacar adelante a su hijos.
Apenas abre su negocio los clientes comienzan a llegar. “Amores” y “caballerito” son alguna de la palabras con las que invita a las personas a degustar.
Según doña Rosa cuando sus compradores no sienten el mismo sabor de la comida las preguntas son frecuentes. ¿Oiga señora que paso qué el chancho esta desabrido?, ¿algo le falta?. “Y yo les digo que claro porque el chancho esta vez no fue preparado por mi”.
Eso fue confirmado por Miguel Acosta, quien desde hace ocho meses dijo haber elegido el hornado de doña Rosa para saborear cada vez que se le antoja. “Yo vengo unas dos veces por semana, a veces no tengo plata y ella me fía, pero sobre todo vengo porque es rico y muy aseado”, dijo Acosta quien señaló que el primer lugar fue muy bien otorgado. Son varias las personas que apoyan a Otavalo en su local, mientras degustan del plato.
Una complicada preparación
Como un proceso muy difícil calificó doña Rosa la preparación del hornado. A la una de la madrugada se levanta para meter al horno al animal, que el día anterior ya ha sido puesto las especies.
Unas seis horas permanece en el asadero y durante todo este tiempo manifestó que debe estar pendiente de graduar la temperatura. Confesó que para que el cuero del cerdo o también conocida como “cascarita” se dore y quede crujiente la temperatura debe estar en unos 180 grados.
A partir de las seis de la mañana, cuando el animal está listo, comienza alistar los demás componentes del plato como el mote, las tortillas y la ensalada.
Ajo, sal y comino dijo que son los únicos ingredientes que usa para sazonar, pues señaló que al utilizar otros componentes se perdería la forma natural y tradicional de preparar al animal.
De un chanco pequeño vende alrededor de unos 100 platos de hornado. Los precios no son fijos en su local, pues manifestó que al cliente que desee desde un dólar, “se le vende porque a veces no hay para comer y uno debe entender”.
Durante los 24 años que lleva en el negocio, la venta del hornado ha realizado todos los días. Para ella un fin de semana no es de descanso debido a que “todos los días la gente tiene que comer”. “Yo tengo que trabajar diariamente y lo seguiré haciendo ”, acotó.
Mientras ella vende en el puesto 56 del mercado 27 de Febrero, en los exteriores la ciudadanía se pregunta quién es la ganadora de Cuenca, del Mundial del Hornado.
Rosa Guzmán junto a su hija conocieron a través de los medio de comunicación a la representante y aseguraron que apenas tengan tiempo visitarán el local.
Otros, por su parte dijeron que esperarán para acudir el día de la semifinal a probar los seis hornados más ricos de la provincia del Azuay. “No hay que adelantarse, ese día iré y saborearé a los seleccionados de estos ricos platos que se preparan”, dijo Ricardo Maldonado, un cuencano, quien indicó estar acostumbrado a comer hornado en el mercado Nueve de Octubre.