El uso del caballo en el Ecuador es un elemento clave para explicar la ampliación de territorios de caza, el movimiento de poblaciones y el enriquecimiento del sistema productivo con nuevos medios y productos. La importancia que desde tiempo inmemorial se le ha dado al caballo como acompañante del hombre se refleja no solo en las pinturas rupestres, sino también en los mitos e historias transmitidos por los pueblos antiguos de generación en generación.

Cabalgar ha sido una tradición en la Región Norte del Ecuador y una de las asociaciones que trabaja con estos animales es El Sendero de los Chaparrales Asochaparral, un emprendimiento que brinda servicios ecoturísticos en el cantón San Miguel de Urcuquí y trabaja en coordinación con Yachay EP. Ofrece cabalgatas turísticas, clases de equitación, terapias asistidas con caballos para personas con discapacidad; tours por la ruta de las termas, donde los visitantes podrán conocer la historia, el patrimonio cultural y el folclore de este hermoso cantón. Cuenta con profesionales en guianza turística, brindando seguridad, calidad y calidez, al momento de visitar el sector.

Fernando Valencia, integrante de esta asociación, mencionó que esta compañía se conformó con un grupo aficionado a los caballos que decidieron hace aproximadamente 3 años desarrollar las actividades ecuestres en la provincia. “Tenemos alrededor de 27 caballos entre especímenes para montar que ya están educados, caballos en proceso de enseñanza y potros que están recién nacidos”, indicó Valencia.

Existen tres rutas para el visitante que le permiten conocer las haciendas del sector y el paisaje local. Según Valencia, siempre se guía a paso moderado porque no todos  tienen la experticia para manejar el caballo.

Las personas que conforman esta asociación se especializaron en la ciudad de Cali (Colombia) para tener todos los conocimientos necesarios sobre las actividades ecuestres. Custodio Sánchez, de 60 años y habitante del sector, comenta que el primer paso para domar a un caballo es tener un contacto con el animal para que se acostumbre a estar cerca del ser humano.

Según Sánchez, los equinos son animales emocionales y sensitivos, por lo que normalmente suelen estar en posición de alerta, sobre todo cuando se encuentran fuera de la manada, por eso es importante tener un contacto con ellos y ganar su confianza. “Enseñamos a los niños y jóvenes a no tenerle miedo al caballo, a que lo toquen y puedan montarlo sin que el animal corcovee”, aseguró.

Yachay EP formó una alianza estratégica con los 21 socios de Asochaparral que trabajan en 3 hectáreas de terrenos que arriendan en la Ciudad del Conocimiento. Además cuentan con 7 hectáreas, donde empezaron la producción de alfalfa para tener el alimento del caballo.

Generalmente los fines de semana hay gran afluencia de visitantes que recorren la zona. El costo de una cabalgata de 30 minutos es de $ 5 por persona. El turista puede conocer la historia de Urcuquí y disfrutar de un entorno natural privilegiado, mencionó Fabián Díaz, integrante de la asociación.

En julio se abrirán los cursos vacacionales donde niños, niñas y jóvenes pueden aprender equitación, el valor es de $ 100 por mes, costo que incluye el uso de las diferentes áreas recreativas del lugar.

“Esperamos recibir aproximadamente 20 estudiantes, aunque hay más jóvenes que quieren formar parte, lamentablemente no podemos acoger a un mayor número de participantes porque la atención debe ser personalizada”, mencionó Díaz.

Ciudad Yachay permite disfrutar de varias ofertas turísticas como el camping, en un ambiente rodeado de naturaleza y tranquilidad en la Hacienda San Eloy y la visita a lugares patrimoniales que datan del siglo XVII, el Ingenio San José donde se procesaba la caña de azúcar, panela y aguardiente.

“El cambio que ha tenido Urcuquí es muy grande, hay más turismo y las personas quieren saber sobre nuestra historia”, acotó Díaz. (I)

Asochaparral mantiene y cuida a aproximadamente 27 caballos que son parte de esta asociación dedicada al turismo. Foto: Regional Norte / El Telégrafo