El trabajo conjunto de la comunidad de Cachiviro y la Prefectura posibilitó la construcción de obras para mejorar el sector
El turismo en el lago San Pablo se fortalece gracias a emprendimientos
Ibarra.-
Situado al pie del volcán Imbabura, el lago San Pablo se mantiene como uno de los principales atractivos de la provincia. Este espejo de agua natural atrae semanalmente a cientos de visitantes, que se deleitan con el paisaje, la música, la gastronomía y las artesanías de la zona.
El lago, también conocido como Imbacocha, tiene una extensión de 3,5 km de largo por 2,2 km de ancho, con una profundidad aproximada de 83 m que cubre cerca de 583 hectáreas.
En este espacio, los habitantes de la comunidad Cachiviro, en la parroquia San Rafael de la Laguna, demuestran que el trabajo conjunto y la creatividad son los elementos indicados para fortalecer un emprendimiento.
Un muelle flotante impulsa el turismo
María Isabel López, funcionaria de la Prefectura de Imbabura, explica que la construcción del innovador muelle en el lago fortaleció el turismo del sector. “Es más seguro, moderno y estéticamente se acopla con el entorno. Como no es fijo tiene un toque de aventura, a los turistas les gusta mucho”.
La Asociación Rey Mola Cocha fue quien ideó en 2006 la construcción de este atractivo. José Espinoza, presidente de la asociación, explicó que la obra fue producto del trabajo coordinado de la parroquia y la Prefectura.
Gracias a ello, los servicios que actualmente brinda la comunidad se han ampliado.
Cachiviro ofrece platos típicos de la zona, dando a los turistas la posibilidad de participar y conocer la preparación de los platillos que aún se elaboran en leña.
Las artesanías hechas en base de totora representan otro gran atractivo. Desde pequeños llaveros, hasta juegos completos de muebles son parte de la amplia oferta.
La alegre música andina, interpretada con quenas, violines, charango, guitarra y bombo por los músicos de la comunidad, acompaña siempre a los visitantes.
El paseo en la chiva acuática es una de las actividades predilectas de los turistas. Consiste en un recorrido en lancha, de entre 25 y 30 minutos de duración, amenizado por la música y el inigualable paisaje. El costo de la actividad es de $ 2 para adultos, y $ 1 para niños, tercera edad y discapacitados.
Luego, al otro extremo del lago, los turistas se encuentran con el Parque Acuático, donde pueden practicar kayak a lo largo del San Pablo. Cabalgatas, gastronomía tradicional y la venta de artesanías complementan el paseo.
La ventana al Imbabura
Uno de los mejores sitios para apreciar la belleza del lugar es la cafetería Miralago.
Ubicada en la curva donde la Panamericana se dirige al noroeste, Miralago condensa los principales atractivos que cautivan a los turistas: gastronomía nacional e internacional, un hermoso paisaje, y la calidez de los imbabureños.
Los miradores, ubicados en el segundo piso de la cafetería y en la parte externa, en el jardín, brindan una impactante vista del taita Imbabura, la mama Cotacachi y el misterioso lago San Pablo.
Grace Izurieta, gerente de Miralago, destaca la importancia de generar espacios que aporten al fortalecimiento del turismo en la provincia. “Los emprendimientos permiten difundir la cultura y los atractivos de nuestra provincia, además de ayudar a la economía”, señala.
Estos y otros atractivos permiten que la provincia de Imbabura se perfile como candidata potencial para ser declarada Geoparque Global por la Unesco. (I)
El paseo en lancha o chiva acuática es una de las actividades preferidas por los visitantes. El costo es de $ 2, con una duración de 25 a 30 minutos. Foto: John Guevara / EL TELÉGRAFO