En este tiempo se promueve la socialización
El recreo, un breve descanso para compartir
Al cumplirse las 4 primeras horas de clase de la unidad educativa 5 de Junio, de Manta, lo primero que hace la mayoría de estudiantes varones es correr para ganar la mejor cancha de fútbol de la institución ‘cinquina’.
El afán es realizar un partido de índor, actividad que les apasiona y con la que cada uno quiere demostrar su talento. Además, el objetivo es confraternizar.
Las cualidades sobresalen, así como el juego en conjunto; la alegría es notoria. El agotamiento, literalmente, no pasa por sus mentes.
Seguir el balón y meter goles es la finalidad. Pero no solo los varones de la institución practican actividades deportivas. Las mujeres también tienen su espacio. “Hoy tenemos una selección femenina de fútbol que en diciembre del año pasado logró clasificar a su primer Mundial, el cual se desarrollará en Canadá. Estoy segura de que Ecuador quedará en buen lugar”, dice María, alumna del bachillerato, quien practica este deporte y espera llegar a la selección nacional en un futuro.
El recreo dentro de la unidad ‘cinquina’ no solo se basa en el hacer deporte; también es un corto tiempo para la realización de tareas atrasadas e incluso para preguntar a los profesores sobre el nuevo tema que se va a tratar en las próximas horas de clase.
Es que el receso en un centro educativo sirve al alumno para realizar libremente actividades como estudiar, leer, escuchar música, discutir ideas con compañeros, interactuar, jugar, comer o a lo mejor para descansar.
Apenas suena la alarma, decenas de chicos se agolpan a las afueras del bar del plantel. En el sitio solo se vende comida nutritiva, ya que uno de los puntos primordiales es cuidar la salud de los chicos.
Cerca del centro de cómputo, un grupo de chicos busca, afanosamente, alguna red de Internet que le permita consultar el tema de la próxima clase, pero también hay unos que aprovechan para revisar las redes sociales y ponerse al día con temas de interés colectivo como noticias, las cuales son difundidas por estos medios.
Otro caso diferente es del estudiante David Mero, del Primero Técnico “B”. “Lo primero que hago al iniciar el recreo es ir al baño, luego me encuentro con mis panas (amigos), caminamos en una especie de recorrido por el colegio, mientras conversamos de lo que hemos realizado días antes y haremos después”, comenta Mero.
Este lapso no solo es para los educandos. La mayoría de profesores se ubica en lugares importantes, cumpliendo con el plan estratégico que lleva adelante esta institución, con el fin de mantener vigilado cada espacio. Al mismo tiempo aprovechan para conversar entre colegas y consumir algún alimento mientras otros elaboran el bosquejo para la siguiente clase.
Así viven los 1.500 estudiantes, profesores y directivos el recreo dentro de la unidad educativa.
El sonido de la sirena se escucha a las 10:20, es seguido de la voz del inspector general, Exiaver Párraga, quien solicita a todo el alumnado dirigirse a sus respectivas aulas para continuar con la jornada.
El patio central del 5 de Junio ha recuperado su tranquilidad, luce muy vacío. Solo se escucha la voz del profesor de Educación Física junto a sus 45 estudiantes, quienes ya están en su adiestramiento.
Las clases han vuelto a la normalidad, los alumnos están listos para recibir más horas de aprendizaje y continuar con su formación.