A 3.900 metros sobre el nivel del mar, en la parroquia Zumbahua, del cantón Pujilí, en Cotopaxi, la belleza de la laguna de color azul turquesa, dentro del volcán Quilotoa, atrapa la mirada de los turistas.

Más ahora que se construyó el Mirador del Quilotoa Shalalá, un proyecto impulsado por el Ministerio de Turismo, que, debido a su estructura única, obtuvo un reconocimiento mundial.

Logró el segundo lugar del Premio Obra del Año 2015 que reconoce los trabajos de 2014 que han inspirado y captado la identidad del contexto local.

Más de 10 mil lectores de los sitios web de Plataforma Arquitectura, ArchDaily México y ArchDaily Colombia fueron los encargados de elegir las 3 obras más representativas del año dentro de los países de habla hispana.

El primer puesto fue para la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad Diego Portales, ubicada en Chile, y el tercer lugar se lo llevó Havre 69 de México.

El amplio mirador hecho de madera, que ofrece la mejor vista de la mágica laguna, fue diseñado por los arquitectos ecuatorianos, Jorge Andrade Benítez, Javier Mera Luna y Daniel Moreno Flores.

Para edificar esta estructura fue necesario cumplir con las normas de conservación y cuidado del medioambiente, y procurar que sea amigable con la zona y a la vez resalte el atractivo turístico del sitio.

Comprende un mirador en el borde superior del cráter del Quilotoa y el sendero para conectar con la zona principal del complejo. El área de edificación es 616 m².

Luis Choloquinga, técnico comunitario y de proyectos de inversión del Ministerio de Turismo en Cotopaxi, explicó que el mirador se construyó a través de un compromiso gubernamental.

Las inversiones

Según la página web del Ministerio de Turismo, el monto total de la inversión fue de $ 234.906,4. Esta cantidad comprendió $ 225.086,4 durante la etapa de construcción, que inició en 2013 y concluyó en 2014.

Adicionalmente, durante la etapa previa (2011), en la que se efectuó una consultoría que buscaba una estrategia para potenciar el atractivo de la laguna, se invirtieron $ 9.820.

Más detalles

Shalalá está compuesto por 3 cabañas: una familiar, una matrimonial y otra para personas con discapacidad. También cuenta con un restaurante para 40 personas.

El atractivo de este comedor son sus múltiples ventanas que permiten la entrada de la luz natural por sus ángulos, lo que le aporta un ambiente cálido y acogedor.

En ese lugar se ofertan platos a la carta y típicos que son el deleite de los turistas extranjeros que a decir de Choloquinga representan el mayor porcentaje de visitantes.

De acuerdo con el Ministerio de Turismo, en 2013 llegaron 83.700 visitantes al Quilotoa. El 30% pasó por el mirador Shalalá que está rodeado de una zona verde de pinos. Desde allí, se aprecian, en todo su esplendor, los 3 kilómetros de diámetro de la laguna.

Además, se observan los cambios de color de sus aguas de acuerdo al impacto del sol en las diferentes horas del día. Por dentro cuenta con estructuras metálicas cubiertas con madera que le dan un toque rústico. Su construcción demoró 6 meses y se entregó para que sea administrada por la comunidad Shalalá–Matapongo.

Según Wilson Pilatasig, encargado de la administración, el beneficio de este atractivo es para 61 familias que se capacitan en turismo comunitario. “Nos organizamos para atender a la gente, cuidar la infraestructura, preparamos guías y nos ocupamos de la cocina”, explicó.

También se alquilan bicicletas para paseos y se dan charlas sobre la crianza de alpacas. Esto último gusta mucho a los extranjeros.

El turismo comunitario, en opinión de Pilatasig, es una de las nuevas formas de vida en este sector, pues les permite presentar diversos matices de su identidad. (I)

DATOS

¿Cómo llegar al Quilotoa? Desde la capital de Cotopaxi hay que tomar la vía Pujilí-La Maná hasta llegar a la parroquia Zumbahua. El viaje toma entre 90 minutos y 2 horas.

Si decide irse en bus al Quilotoa, tome en cuenta que estos transportes salen de la Terminal Terrestre de Latacunga. El pasaje cuesta $ 2 por persona y las frecuencias son permanentes.

Una vez en Zumbahua hay que viajar 15 kilómetros hasta la laguna del Quilotoa y caminar un poco para llegar al mirador Shalalá. Hospedarse en ese sitio cuesta entre $ 10 y $ 35.

Para el Ministerio de Turismo este tipo de  reconocimientos sitúan en excelentes posiciones el nombre del Ecuador en el mundo y atraen visitas globales.