Pelileo suspende labores para velar a sus víctimas
Ayer Pelileo se vistió de negro. Los vecinos de las víctimas del accidente de tránsito ocurrido la madrugada del sábado en la vía Bucay-El Triunfo suspendieron sus actividades comerciales para acompañar a los deudos.
“Es demasiado doloroso. Era gente muy trabajadora que viajaba dos veces por semana a Guayaquil para vender sus productos. Lo que más molesta es depender de los conductores que no piensan en que llevan vidas”, dijo Mélida Llerena (35 años), amiga de la familia Ulle, que perdió a cinco miembros.
La tarde del sábado llegaron los féretros de los 12 fallecidos al coliseo deportivo de Pelileo. Allí la Municipalidad instaló una capilla ardiente para velar los cuerpos, en compañía de sus familiares y amigos. Ayer las víctimas fueron trasladadas a funerarias particulares y está previsto que hoy se cumpla la inhumación en el Cementerio Municipal del cantón, reconocido por la producción de jeans. Más de siete funerarias ubicadas en el centro del cantón prestan sus servicios.
En una de ellas se vela a los esposos Marlene Acosta (36) y Henry Ulle (45), padres de tres hijos de 20, 23 y 24 años. El primero de ellos, Jhon, los acompañaba: “Hace cuatro años comencé a viajar con ellos para aprender el trabajo, todos los miércoles y sábados. Este era un viaje más y parecía normal.
Salimos a las 23:00 del viernes e íbamos dormidos, hasta que sentí que caíamos y me desperté. Quedé inconsciente por unos minutos y cuando me recuperé escuché quejidos, gritos... y ví que la carrocería, maletas y asientos nos aplastaban a todos”, relata.
Cuando notó que podía moverse, Jhon rompió la ventana y ayudó a salir a su tía, que también los acompañaba, pero cuando regresó por su padre, él estaba muerto y su madre le pidió socorro, pero pese a sus esfuerzos no logró rescatarla. Los rescatistas llegaron casi dos horas después y esa espera, dice Jhon, fue fatal para su madre, quien murió minutos antes de llegar al hospital de El Triunfo, en Guayas.
Según el joven, quien tiene varios golpes en el rostro y dos costillas rotas, los sobrevivientes intentaron ayudar a la gente, pero el peso de la carrocería impidió que pudieran rescatarlos pronto, sobre todo a quienes estaban más graves.
Ahora él tomará el lugar de su padre y continuará con la producción de ropa jean para mantener a sus hermanas y no descarta tomar acciones legales contra la cooperativa Flota Pelileo, pues hasta el momento varios dirigentes se han solidarizado pero nada dicen sobre indemnizaciones ni sanciones.
A Geovanny Ramos, esposo de Narcisa Ulloa (47), otra víctima del accidente, lo visitaron miembros de la cooperativa y le pidieron copias de la cédula de identidad de la fallecida, quien tenía dos hijos de 26 y 23 años. “Los mismos compañeros y gente que trabaja en la cooperativa cuentan que el chofer llegó a Pelileo la tarde del viernes, tras cumplir un viaje en la ruta Coca-Ambato. Son muchas horas de viaje y luego seguir a Guayaquil… es demasiado, por eso se quedó dormido en el puente”, refirió el hombre.
Los 36 miembros de la asociación Ciudad Azul se trasladaban cada miércoles y sábado hasta el Mercado de las Esclusas, en el sur de Guayaquil, donde los comerciantes los esperaban a las 04:00 para negociar la mercadería. Cada productor llevaba bultos de 200 y 300 prendas.
Aunque no siempre venden todo, los pelileños reconocen que Guayas es uno de sus principales mercados y para viajar de manera más segura contrataban cada semana una unidad de la Cooperativa Flota Pelileo, fundada en 1960. Por lo general, viajaban parejas de esposos y adelante iba un furgón con la mercancía. Solo ellos llegaron a las Esclusas.