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El Telégrafo
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Museos étnicos, objetos de orfebrería, ferias artesanales, gastronomía andina y popular, turismo comunitario, áreas recreativas familiares, producción de muebles y otros atractivos también constan en la agenda de los visitantes

No solo el azul del ‘jean’ define a Pelileo

En un centenar de locales comerciales, situados a lo largo de la avenida Confraternidad en el barrio El Tambo en Pelileo, se ofertan pantalones, camisetas, camisas, chompas, y sacos a buen precio. Foto: José Miguel Castillo / El Telégrafo
En un centenar de locales comerciales, situados a lo largo de la avenida Confraternidad en el barrio El Tambo en Pelileo, se ofertan pantalones, camisetas, camisas, chompas, y sacos a buen precio. Foto: José Miguel Castillo / El Telégrafo
19 de julio de 2015 - 00:00 - Redacción Regional Centro

La denominación ‘Ciudad Azul’ trata de explicar con 2 palabras la propuesta textil y artesanal del cantón Pelileo.

Pero solo lo consigue parcialmente, pues este cantón tungurahuense, que está situado a 20 minutos de Ambato, es mucho, pero mucho más.

“Cuando me preguntan por Pelileo enseguida vienen a mi mente imágenes de los jeans, las artesanías de los Salasaca, las fritadas, las empanadas de tiesto, los muebles de Huambaló, las piscinas de La Moya, en fin. Hay mucho que ver”, dice con acierto Elizabeth Cruz, profesional ambateña.

En el cantón San Pedro de Pelileo viven más de 53 mil personas. Fue oficialmente fundado por Antonio Clavijo en 1570 y fue elevado al estatus de cantón el 22 de julio de 1860. En la actualidad celebra 155 años de cantonización.

En parroquias como Benítez, Bolívar, Cotaló, Chiquicha, El Rosario, García Moreno, Huambaló y Salasaca se han desarrollado diversas actividades económicas como la avicultura a gran escala (Cotaló produce un millón de huevos al día), y la fabricación de muebles y las ferias continuas en Huambaló.

Además, se elaboran pantuflas (Benítez) y hay restaurantes para consumir platos típicos, hosterías y otros negocios recreativos.

En el barrio El Tambo, situado al ingreso de Pelileo, hay más de 160 locales y talleres en donde se fabrican las prendas de vestir en tela jean.

Según cálculos municipales, el 30% de más de 56 mil pelileños se dedica a la confección de ropa, no solo de jeans, sino de camisas, chompas, faldas, sacos, camisetas, ponchos y más.

Esta condición de fabricantes les permite ofrecer precios bajos que llaman la atención de los compradores. En rótulos escritos con resaltadores se ofrecen pantalones en $ 8, $ 10, $ 12 y $ 15.

Guayaquileños, quiteños, cuencanos, riobambeños y de otras ciudades de la Amazonía arriban semanalmente a esta ciudad para invertir en ropa y visitar las parroquias cercanas.

Sebastián Carrasco, empresario local, considera que este año habrá un valor agregado que beneficiará a los textiles pelileños, a causa de las salvaguardias puestas en vigencia por el Gobierno Nacional.

“Nos benefician, pues el reto ahora es producir más y con mejor calidad. En mi caso manufacturamos 4 mil prendas mensuales, cuya venta es nacional. Tenemos distribuidores en Guayas, Pichincha, Cotopaxi, Chimborazo y Esmeraldas”, explica.

Turismo comunitario en Salasaca

La infraestructura turística alcanzó un adelanto notable en las últimas 2 décadas en la parroquia Salasaca.

Desde 2000, se mejoraron y construyeron 2 centros artesanales, se inauguró un museo privado, empezó a organizarse un grupo cultural juvenil de danza y de música y se visibilizó el arte de manufacturar joyas, para adornar los trajes nativos que se utilizan en las fiestas autóctonas.

De hecho, este pueblo es el que más festeja de todos, pues organiza 10 celebraciones al año. Este poblado se levanta a 14 km de Ambato y a 4 km de Pelileo, a un costado de la carretera Ambato-Pelileo-Baños.

La orfebrería, que es el arte y la técnica de hacer objetos artísticos con oro, plata y otros metales preciosos, empezó a progresar en Salasaca en los últimos 5 años.

Danilo Masaquiza es uno de los principales artesanos porque su actividad manual se alterna con la investigación histórica y antropológica.

Su pequeña vivienda, situada a 2 km del centro de la parroquia, denota su estilo de vida humilde y carente de lujos.

En su taller, de 2 por 3 metros cuadrados, pasa la mayor parte del día, cuando no está dirigiendo a los jóvenes miembros de la Corporación Cultural Tamias, cuyos ensayos se organizan en la comunidad Jatun Salasaca, que es donde originalmente se desarrolló esta parroquia antes del terremoto del 5 de agosto de 1949.

“Mi taller se denomina Runa maqui (“mano de hombre” o “mano indígena”, en español) y trata de resaltar y honrar el arte milenario de la orfebrería, del tejido. Los adornos de metal llevan piedras minerales, como amatistas, cuarzos, obsidianas, turquesas, lapislázulis, turmalinas, granates, etc. Aplico una técnica precolombina para envejecer las joyas. Hago anillos, tupos (prendedores), collares, aretes, broches, etc.”, explicó.

En cuanto a las plazas artesanales, hay 2. La nueva está en el sector denominado Llikakama, a 500 metros de la antigua.

Su construcción costó más de $ 300 mil y hace poco cumplió 1 año de haberse abierto al público. Cuenta con una casa comunal, una guardería, un centro de convenciones, un museo y cerca de 50 locales comerciales.

La infraestructura tiene un toque andino en su arquitectura con ladrillo visto en las paredes, techados de teja brillante y acabados que recuerdan el ambiente de antaño.

En los negocios, los indígenas exhiben sus artesanías y los telares para demostrar su habilidad a los turistas.

El Museo del Pueblo Salasaca fue inaugurado el 25 de febrero de 2013. Lo levantó una cofradía de habitantes de esta parroquia con conocimientos de arquitectura, escultura, pintura, orfebrería y arte textil.

Tiene 4 pisos. En el primero se exhiben las fiestas de Los Caporales y de Los Capitanes. En el segundo, un taller típico textil. En el tercero, la fiesta de la cosecha o Pawkar Raymi y, en el último, el Jatun Jambik (sabio). (I)

Datos

La localidad de Pelileo, como otras áreas de la provincia de Tungurahua, estuvo poblada antes de la llegada de los conquistadores europeos por los panzaleos.

En la parroquia Salasaca viven más de 12 mil indígenas que se distribuyen en 18 comunas como Manzanapamba Grande y Chico, Cuchapamba, Patuloma, Huasalata, Chilcapamba, Llicacama, Guamanloma, etc.

El grupo cultural Tamias está integrado por 25 jóvenes indígenas que se han presentado en la Feria Internacional de Turismo en Guayaquil, las fiestas de Pelileo y en la Casa de la Cultura de Tungurahua.

El 5 de agosto de 1949, Pelileo fue totalmente destruido por un terremoto. Aproximadamente, 5 mil personas murieron dentro de los límites del cantón, la mayor parte atrapadas en las ruinas de la ciudad.

Los tupos son adquiridos por extranjeros y coleccionistas. Los objetos pueden costar entre $ 50 y $ 700. Un traje casual de una mujer indígena, con los mejores adornos, cuesta de $ 1.500 a $ 20 mil.

Desde la terminal terrestre de Ambato parten los buses hacia Baños de Agua Santa. Esta es una opción, la otra es en vehículo particular. El viaje toma 15 minutos.

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