Los técnicos subieron a la montaña de 6.268 metros de altura acompañados por expertos
Misión francesa se conectó con 15 satélites para medir al Chimborazo
La expedición hacia la cumbre del Chimborazo que realizaron en días pasados científicos de la Tercera Misión Geodésica francesa culminó con éxito, según sus organizadores. El ascenso se efectuó en el contexto de la celebración por los 280 años de la primera misión en 1736.
En medio de aplausos, los 4 integrantes del equipo científico arribaron al primer refugio del nevado el viernes 5 de febrero a las 16:00.
El grupo estuvo conformado por Matthiev Perrault, del Instituto Geofísico (IG); Fréderique Rolandone y Jean Mathiev, del Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD), y Ángel Martínez, del Instituto Geográfico Militar (IGM).
Ellos partieron hacia la montaña el jueves 4 de febrero por la noche con 3 guías de ascenso, entre ellos el experto Iván Vallejo. “Llegamos a la cima a las 07:45 del viernes. El clima nos favoreció y la misión pudo realizar las mediciones apropiadas y cumplir con sus objetivos”, dijo el montañista ecuatoriano.
A las 10:00 los científicos colocaron sobre el hielo un Sistema de Posicionamiento Global (GPS) y mediante una antena de 60 centímetros, recibieron la señal de 15 satélites de diferentes países. “Para obtener datos precisos colocamos el aparato por el lapso de 2 horas. La información se almacena y luego se la recuperará para procesarla”, explicó Mathiev.
En el marco del aniversario de la primera Misión Geodésica, esta expedición cumplió con varios objetivos, entre ellos tener una medida centimétrica de la cumbre del Chimborazo, a fin de determinar la distancia entre este punto y el centro de la Tierra.
Sin embargo, con los datos obtenidos también se puede conocer el movimiento de las placas tectónicas en la zona ecuatoriana. “Esto nos permite tener un modelo, no de predicción de sismos, pero sí del tiempo de recurrencia o probabilidades de la magnitud del mismo”, añadió Mathiev.
Con los datos también se podrán actualizar aplicaciones de mapas de vías, ya que se necesita una red de referencia (el nevado Chimborazo) que defina las coordenadas. “Estas deben ser precisas y compatibles a niveles continentales como internacionales ya que la Tierra está en constante movimiento de formación”, acotó Mathiev.
Para Olivier Dangles, representante del Instituto que aporta con proyectos científicos hace 40 años en el Ecuador, esta misión representa más que un recordatorio, un mecanismo para obtener datos que mejoren la calidad de vida.
“No es trabajo sencillo, porque no venimos solo a medir el nevado sino a obtener cifras importantes para la humanidad y su progreso. La tecnología ahora nos permite obtener información precisa y confiable para el desarrollo”, dijo Dangles. La información será difundida desde marzo. (I)