La expedición hacia la cumbre del Chimborazo que realizaron científicos que conforman la tercera Misión Geodésica culminó con éxito, según sus organizadores. Esto se dio dentro del marco de la celebración por los 280 años de la primera misión suscitada en 1736.

En medio de aplausos y un visible agotamiento físico, científicos del grupo franco-ecuatoriano arribaron hasta el primer refugio del Chimborazo el viernes a las 16:00.

El equipo estuvo conformado por Matthiev Perrault del Instituto Geofísico (IG) Frédérique Rolandone y Jean Mathiev del Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD) y Ángel Martínez del Instituto Geográfico Militar (IGM). Ellos partieron hacía el nevado el jueves por la noche con tres guías de montaña, entre ellos Iván Vallejo.

“Llegamos a la cima a las 07:45 del viernes, el clima nos favoreció y la misión pudo realizar las mediciones apropiadas y cumplir con sus objetivos”, manifestó Vallejo.

Medición

A las 10:00 los científicos colocaron sobre el hielo un sistema de posicionamiento global (GPS) de alta precisión, mediante una antena de 60 centímetros de largo recibieron la señal de 15 satélites de diferentes países que registran este sistema.

“Para obtener datos precisos colocamos el GPS por el lapso de dos horas, la información se almacena, posterior a ello se nos la entregará para que los científicos puedan procesarla y entregar datos requeridos”, manifestó Mathiew Perrault.

Objetivo de la misión

En el marco del recordatorio de los 280 años de la primera Misión Geodésica, esta expedición cumplió con varios objetivos, entre ellos el tener una medida centimétrica de la cumbre del Chimborazo a fin de determinar la distancia entre este punto y el centro de la Tierra.

Sin embargo, con los datos obtenidos también se puede conocer el movimiento de las placas tectónicas en la zona ecuatoriana. “Esto nos permite tener un modelo, no de predicción de sismos, pero sí del tiempo de recurrencia o probabilidades de la magnitud del mismo”, manifestó Jean Mathiev, científico del IRD.

Con los datos también se podrá actualizar aplicaciones de mapas de vías, ya que se necesita una red de referencia (el nevado Chimborazo) que defina las coordenadas. “Estas deben ser precisas y compatibles a niveles continentales como internacionales ya que la tierra está en constante movimiento de formación”, acotó Mathiev.

Para Olivier Dangles, representante del Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD) que aporta con proyectos científicos desde hace 40 años en el Ecuador, esta misión representa más que un recordatorio ya que permite obtener datos que mejoren la calidad de vida de las personas.

“No es una misión sencilla, porque no venimos solo a medir el nevado, sino a obtener datos importantes para la humanidad y su progreso, la tecnología ahora nos permite obtener información precisa y confiable para ser utilizada en su desarrollo”, acotó Dangles.

Los datos obtenidos serán entregados en el lapso de un mes. (I)