Cuando un ecuatoriano escucha la palabra Jacchigua enseguida se le llena la  mente con imágenes de ponchos, anacos, alpargatas y sombreros que se mueven incesantes al ritmo de la música de charangos, flautas y tambores.

El grupo de danza Jacchigua, creado por un latacungueño, se ha posicionado como un referente nacional de los ritmos ancestrales. Y no es el único, en Latacunga se forjan cada año nuevos grupos que quieren rescatar la identidad nacional a través del arte.

Entre ellos se cuenta Mashca Danza que fue creado en la Universidad Técnica de Cotopaxi (UTC) hace 18 años. En ese tiempo ya completaron más de 2.300  presentaciones dentro y fuera del país.

Trabajo y disciplina

Para Marlon Muñoz, creador y director de Mashca Danza, el lenguaje del cuerpo es la transmisión de historias. Por eso, se empeñó en despertar el amor por el arte en sus alumnos. “No ha sido fácil, se requirió de disciplina y trabajo constante que involucra repasos de hasta 3 horas diarias”, dijo Muñoz.

El nombre es un reconocimiento a los hombres y mujeres que años atrás forjaron el crecimiento económico de Cotopaxi, fundamentado en la producción de harinas, especialmente la máchica o mashca, que le dio identidad al latacungueño.

El grupo está formado por 20 personas que ven en la danza, más allá de una forma de expresión, la búsqueda de sus raíces. Los chicos se han renovado durante estos 18 años de historia conforme a sus actividades académicas.

Al principio no había interés de la gente en asistir a sus presentaciones. Pero conforme perseveraron consiguieron llenar coliseos, teatros y otros escenarios.

Hace poco, durante la Semana de la Danza 2015, el teatro de la Casa de la Cultura Núcleo de Cotopaxi  se llenó. A muchos no les importó ver el espectáculo de pie. Muñoz se emocionó hasta las lágrimas con el público.

Ahora el ballet universitario forma bailarines de la música andina y ecuatoriana desde la infancia. Así consolida a expertos en el arte de ‘hablar con el cuerpo’.

En 2009 se creó Mashca Danza Infantil que ahora cuenta con 25 chicos. Según el entrenador, Segundo Pallo, la idea es sembrar semillas de interés por este arte y volver a Latacunga una ciudad cultural. Para esto, el apoyo de diversas entidades como la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Núcleo de Cotopaxi, es vital incluso en vacaciones.

Anie Herrera, de 10 años, participó en 2013 en los cursos vacacionales y le encantaron. “Me gusta mucho bailar y allí aprendí sobre nuestro folclor”, dijo la niña que sueña con ser parte del ballet Jacchigua.

Este objetivo no será fácil porque el Ballet Folclórico Nacional Del Ecuador Jacchigua es un referente nacional e internacional. Nació de  los sueños de Rafael Camino, oriundo de la parroquia Poaló.

Como chagra (provinciano) en Quito, a Camino le costó abrirse paso. Pero su amor por el danzante, el yumbo, el yaraví y los sanjuanitos le dio fuerza para triunfar.

Aprendió a bailar en los pases del Niño como alumno del Vicente León. En su adolescencia se presentó por primera vez en un teatro y desde entonces no ha parado. (F)

DATOS

El sueño actual de Rafael Camino Collantes es lograr que los ecuatorianos no olviden sus raíces ancestrales, una cultura que bien dirigida logrará cosas grandiosas.

Jacchigua es la expresión de las fiestas de la Pacha Mama, del Inti Raymi, de los Diablo Humas, de los Saraguros, de Calderón y sus lloronas, de Chimborazo, de Pilligsillí, de Maca Grande, de los Pases del Niño, etc.

En las presentaciones permanentes los 90 bailarines y músicos de Jacchigua, en promedio, utilizan en el escenario unos 2.800 kilos de vestuario y diversos elementos étnicos.

El lema de los bailarines es “solo viendo, topando, saboreando, bailando, gritando y zapateando encontrarás el significado de nuestra sensibilidad”, al referirse a la riqueza cultural e histórica de las tradiciones y fiestas ecuatorianas costumbristas.