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El maltrato no se denuncia en Pujilí
En el cantón Pujilí, la violencia intrafamiliar es parte de la cotidianidad de las familias indígenas rurales. Sin embargo, las denuncias no son presentadas en la cantidad que se debiera esperar.
Así lo explica Jaime Olivo Pallo, titular de la Fiscalía de Asuntos Indígenas que fue inaugurada en el 2012.
“En ese tiempo apenas hemos recibidos 3 denuncias. La primera fue de una mujer de la comunidad Cumbijín del cantón Salcedo. Este asunto se resolvió con la intervención de la familia y la comunidad que actuaron según su cosmovisión. Las otros casos corresponden a personas que provenían de las parroquias Guangaje y Zumbahua, en el cantón Pujilí”, aseguró Olivo.
Indagando en los archivos, la primera denuncia se refiere a Rosa T., una mujer indígena de 27 años que ha sufrido maltrato físico y psicológico desde temprana edad.
Primero fue su padre que la golpeaba cuando estaba ebrio. Después fue su esposo, un albañil que la hacía sangrar cuando la comida no estaba lista.
Rosa se casó a los 16 y en 11 años quedó 4 veces embarazada. “Mi esposo tiene mal carácter. Me propina golpizas por cualquier cosa”, narró en su testimonio esta mujer oriunda de la parroquia Zumbahua (Pujilí), pero que ahora reside en el barrio Loma Grande en Latacunga.
Dudó mucho antes de firmar la denuncia, pero finalmente lo hizo y su vida cambió. En parte, dijo Olivo, influyó el hecho de que las mujeres cada vez estudian más y son conscientes de sus derechos. “Las víctimas aún lidian con el miedo a represalias o al abandono. No deben temer, vengan y nosotros les guiaremos”, aseguró.