Entre las calles Félix Valencia, Quijano y Ordóñez, General Maldonado y Quito, en el centro de Latacunga, se levantan centenarias construcciones y majestuosas iglesias con rasgos coloniales que añaden un ambiente de encanto a esta ciudad.

En los alrededores del parque Vicente León se encuentra el edificio donde funciona la administración municipal.

Fue construido y ornamentado con piedra pómez al puro estilo neoclásico. Según consta en los registros históricos, su edificación tomó 26 años, de 1910 a 1936.

Las estrechas y empedradas calles engañan a los sentidos y no se aparta de la mente del turista la sensación de haberse devuelto al pasado.

De allí que cada vez son más los visitantes extranjeros que llegan a la ciudad de León. Daniela Iturralde habita en una de las construcciones antiguas del Centro Histórico.

Considera anecdótica la ocasión en la que una pareja de franceses se fotografiaba a las afueras de su casa.

“Además me pidieron que pose con ellos. Fue muy gracioso, casi no nos comprendíamos por la barrera del idioma, pero el puente de la amistad nos unió y accedí a ayudarlos, pues les atraían los detalles de la arquitectura local”, recordó.

En dirección al sur, en la calle Quijano y Ordóñez, se levanta la ex fábrica de Pólvora y la ex Casa de Artes y Oficios. Esta última en la actualidad está convertida en una Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE).

El inmueble fue edificado entre arcos y piedras. Está antes del negocio conocido como la ‘Hueca de las chugchucaras’.

Este negocio es un conjunto de 6 restaurantes que se especializan en este plato típico.

Todos están juntos. En esta zona muy concurrida, el agradable olor del manjar ecuatoriano atrapa los sentidos olfativos de decenas de comensales.

Fritada, maduro frito (plátano), empanada agridulce, mote, chicharrón, cuero, tostado, canguil y un ají complementan el plato de chugchucara que cuesta $ 6.

Después de saborear el delicioso bocado, el visitante puede recorrer la ruta de las 7 iglesias entre las que destacan San Francisco, que está situada en el barrio del mismo del nombre y que fue construida en 1556. Su estructura se dañó con el terremoto de 1698, pero aún conserva su encanto colonial.

La iglesia de San Agustín data de 1579 y tiene una clara influencia neoclásica, pues cuenta con columnas circulares con capitel jónico y un terminado en cornisa.

La piedra pómez sirve para aportar belleza a las pilastras que soportan los arcos en los 2 pisos.

La iglesia de La Merced fue terminada de 1640 y se erige sobre un plano de Cruz Latina, de una nave con 2 cruceros. Se destaca una cúpula artística.

Las iglesias de El Salto (1798), San Sebastián (1561), Santo Domingo (1608) integran también este singular recorrido religioso y artístico. En la plaza donde se sitúa esta última, los visitantes se encuentran con un verdadero mercado artesanal, pues desde hace más de 10 años migrantes de Otavalo (Imbabura) se alojaron allí y comercializan tejidos de lana de alpaca y las más variadas artesanías.

Uno de ellos es Luis Humberto Morales, que vive en Latacunga desde hace 6 años. Dice sentirse bienvenido y define al latacungueño como educado y cordial, pero extraña su tierra a la que piensa volver en un futuro próximo.