Ayer se dio el último adiós a las cinco personas que fallecieron tras voltearse la embarcación en la que realizaban un recorrido el pasado domingo en la laguna de Colta.  

Mientras tanto, técnicos del área de Turismo del Municipio de Colta evaluaban los daños en la embarcación, que hasta el momento no ha sido retirada del lugar de los hechos. El análisis fue realizado con el objetivo de asegurar  que no hubiera algún derrame de combustible que contaminara el lago e hiciera daño a las aves que habitan en el sector.

En el sitio existían tres embarcaciones. Dos de ellas pertenecerían al Cabildo, las cuales tienen una longitud de cinco metros. Una se encuentra parada, pues el motor está dañado; la segunda es la que se accidentó, mientras que la tercera es administrada por personas particulares que prestan sus servicios al centro.

Desde el año 2002, en la administración del exalcalde Pedro Curichumbi, el cabildo de Colta asumió las competencias del turismo, para posteriormente, en el año 2010 (administración de Hermel Tayunpanda), incrementar los paseos en bote.

DATOS

La laguna de Colta está ubicada a 20 minutos de la ciudad de Riobamba. Tiene una dimensión de 2,5 km de largo y 1 km de ancho.

En octubre de 2011, el Ministerio del Ambiente y el Municipio emprendieron un proyecto de recuperación de la laguna para retirar la totora, los elementos sedimentados en el fondo y rescatar el espejo de agua y su entorno.

En el proyecto se invierten   1’500.000 dólares, de los cuales el 75% es un aporte del Gobierno Central y el 25%,  recursos que aporta el Cabildo local. Con estos fondos se compró una draga.Según personas oriundas del lugar, el último accidente registrado en la laguna ocurrió hace 27 años, cuando cuatro estudiantes del colegio Jaime Roldós Aguilera realizaban un recorrido en un bote inflable, el mismo que se volcó y causó la muerte de tres de sus ocupantes. “Después de eso no hemos tenido accidentes por aquí, salvo el del domingo pasado”, indicó María Taycahuano, residente de esa área de Chimborazo.

Fuentes del Cabildo indicaron que la Municipalidad habría invertido cerca de 3 millones de dólares en rehabilitar el centro, pero que, sin embargo, “la afluencia de visitantes no genera muchas ganancias, por lo que no se puede contratar más personal”. Otro de los inconvenientes que señalan los trabajadores, es que se capacita a personal que solo se queda en el centro por espacio de un año, “lo que hace que las preparaciones no sirvan de mucho, pues a cada momento se cambia de choferes y guías. No entendemos por qué no se deja a una sola persona para que tenga más experiencia”, indicó uno de los empleados.

Hugo Merino, director de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) provincial, señaló que el Municipio no cuenta con una unidad de gestión de riesgos. “El pasado martes nosotros visitamos el Cabildo para presentarles el borrador de la ordenanza para el funcionamiento de la unidad, pero debo lamentar la ausencia del Alcalde, quien debe presidir este proceso”.

A las 14:00 de ayer, autoridades del Ministerio de Turismo Zonal 3 clausuraron el lugar de la tragedia,  pues no contaría con los permisos de funcionamiento emitidos por dicha entidad y también porque existirían conflictos en las competencias asumidas en el campo turístico.