Colonial y modernista, Latacunga cumple 196 años de gesta libertaria
Un día como hoy 11 de noviembre, hace 196 años, los patriotas latacungueños se liberaron del yugo español, consiguiendo su independencia. Ahora ‘El pénsil de los Andes’ conserva su encanto colonial combinado con la modernidad que le da un toque único.
Su patrimonio arquitectónico convierte a la capital cotopaxense en uno de los centros históricos más emblemáticos del país, tanto que fue reconocido, en 1982, como Patrimonio Cultural.
El desarrollo social y económico no se detuvo pese al gran impacto que vivió la ciudad en agosto del 2015 con la reactivación del volcán Cotopaxi, que significó la migración de las personas que vivían en zonas de riesgo.
La alerta amarilla se levantó por parte de la SGR a mediados del 2016, sin embargo, tanto la población como las autoridades se concentraron en tener presente que apenas a 35 kilómetros al norte de la ciudad se encuentra un peligroso vecino de 5.897 metros de altura que puede despertar en cualquier momento.
“Este percance nos hizo querer más a la tierra donde nacimos, y quedarnos aquí para juntos salir adelante”, manifestó Manuel Gómez, comerciante ‘mashca’ de 75 años.
‘Mashca’ es el apelativo con el cual se bautizó a los latacungueños, debido a que con la llegada de los padres Jesuitas se implementó la industria de la harina, fueron primero los indígenas del sector occidental quienes aprendieron esta técnica.
En rústicos molinos de piedra cuyas poleas se movían con la fuerza del agua se molían cereales como: Maíz; trigo; alverja; haba, y cebada, al polvo resultante de este último producto se lo conoce como “machica”.
Con el pasar de los años los mestizos dominaron la técnica y para entonces (década de los 40’) la ciudad ya era la capital harinera del país, el alimento procesado se enviaba a: Quito; Guayaquil, Cuenca; Ibarra, Ambato, entre otras ciudades.
La capital era una de las principales compradoras, “por lo que nos contaba mi papa, los quiteños haciendo gala de su típica picardía, apodaron a los latacungueños ‘los mashcas’”, recuerda Laura Proaño, una de las pocas personas que aún conservan la tradición de moler granos.
Colectivos sociales, grupos de baile, academias de teatro, programas mediáticos y un sinfín agrupaciones de la localidad adoptó el apelativo ´mashca’ para identificarse.
Hoy la ciudad cuenta con 63.842 habitantes que le rinden homenaje con el tradicional desfile cívico estudiantil y la Sesión Solemne. (I)