La mañana del martes 23 de agosto la continua pugna entre los comerciantes informales y los policías municipales, en el centro de Latacunga, subió de tono. Esa mañana  se produjo un enfrentamiento en el que intervinieron incluso decenas de policías.

El incidente ocurrió en la avenida Cinco de Junio, a la altura del puente en la Panamericana Norte,  uno de los sitios más conflictivos porque el intenso tránsito vehicular y peatonal lo volvió una zona preferida por los ambulantes.

Esta vez fueron detenidas dos personas: marido y mujer. “Con puño, correas y hebillas atacaron a un policía y a un agente municipal”, dijo Augusto Molina, jefe de la Policía Municipal.

La denuncia por parte de los agredidos se presentó en la Fiscalía.

El esposo fue detenido por 10 días y a la mujer, por estar en estado de gestación, se le delegó un trabajo comunitario.  

Molina denunció que no es sencillo hacer cumplir la disposición municipal que impide la venta ambulante, pues los informales los han amenazado de muerte y las agresiones son más fuertes.

Los incidentes se volvieron más frecuentes hace aproximadamente tres años y coincidieron con la  intensificación de los controles para hacer respetar la ordenanza que prohíbe las ventas ambulantes.

Según Hugo Ávila, comisario municipal, a las personas que se dedican a esta labor se les ofreció formar parte del comercio formal en los espacios hábiles en plazas y mercados como en  San Felipe, San Sebastián, Mercado Mayorista, entre otros. “Pero prefieren seguir vendiendo en la calle”, aseguró.

Clara T. es una de las informales que se negó a dejar la calle. Vende  manzanas y frutas de temporada desde 2010. Con este trabajo puede pagar los estudios de sus dos hijos, ambos menores de edad.

Al momento se contabilizan entre 1.000 y 1.200 mercaderes ambulantes. De ellos el 60% proviene de Otavalo (Imbabura), Ambato, Machachi, Riobamba y otras ciudades vecinas. (I)