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Sector lucha por vías, alcantarillado, electricidad y recolección de basura

Zona de Calderón espera la devolución de recursos

El mejoramiento de las vías es uno de los reclamos de los habitantes de Daniel Montoya a la Alcaldía.
El mejoramiento de las vías es uno de los reclamos de los habitantes de Daniel Montoya a la Alcaldía.
Foto: Álvaro Pérez/El Telégrafo
13 de junio de 2016 - 00:00 - Redacción Quito

Unas 300 personas viven en el barrio Daniel Montoya 1, de la parroquia Calderón (al norte de Quito). La mayoría no cuenta con servicios básicos, tales como alcantarillado, agua potable y recolección de basura. También se quejan por la mala calidad del sistema eléctrico.

Los pobladores luchan por la concreción de servicios municipales desde junio de 2011, cuando alcanzaron la legalización del sector.

Nely Guanuña, moradora, asegura que algunas obras estaban por concretarse desde el año anterior, pero que debido a problemas presupuestarios aquello se ha ido aplazando. “En la Administración Zonal Calderón nos dijeron que estaban previstas, en primer término, la construcción de bordillos y la instalación de postes para potenciar el sistema eléctrico”, dice.

“En el año 2015 iban a construir el alcantarillado, pero debido a la reactivación del volcán Cotopaxi,  eso no ocurrió. En el Municipio adujeron que el presupuesto que estaba previsto para la obra debía invertirse en temas de prevención de desastres”, dijo, por su parte, Javier Paredes, secretario del barrio.

Un tema que los moradores consideran urgente es el mejoramiento del servicio de electricidad. Afirman que el problema principal es que solo existiría un transformador para todo el barrio, lo que volvería insuficiente e inestable al sistema. “Tener varios equipos eléctricos y electrónicos encendidos al mismo tiempo es difícil”, asegura Paredes. El directivo explica que los cortes y saltos de breakers son constantes.

Esta situación es notoria, sobre todo en el alumbrado público, el que prácticamente no existe. “La situación de oscuridad genera inseguridad, robos a domicilio”, dijo Guanuña.

La moradora explicó que a través de la dirigencia de la zona han solicitado a la administración zonal y a la Empresa Eléctrica Quito (EEQ) soluciones a esta situación, pero en este caso, al igual que en otros, no han recibido respuesta.

A decir de Paredes, los planos de la red de electrificación ya cuentan con la aprobación del Concejo Metropolitano, requisito fundamental para el proceso de repotenciación de la electricidad.  

Fabricio Zapata, quien vive desde hace 4 años en la zona, señaló que, a su juicio, uno de los principales inconvenientes es el mal servicio que brinda la Empresa Metropolitana de Aseo (Emaseo).

De acuerdo con el vecino, los vehículos de la entidad no recogen toda la basura. Esta situación tendría su explicación en que los carros recolectores llegan únicamente los jueves en la mañana, es decir 4 veces por mes.

Por ello, según Zapata, “no son suficientes y dejan buena parte de los desechos en las calles, lo que  provoca que los perros callejeros desparramen los desperdicios, complicando así más la situación”.

“No pitan y a veces ni siquiera se siente su presencia. Enviamos un oficio a la administración zonal en busca de una solución, pero no hemos tenido respuesta”, reclamó Marcela Chamba.       

El secretario del barrio apuntó que un mecanismo para evitar este tipo de problemas es la ubicación de contenedores de basura, lo que facilitaría la disposición de los desechos y su recolección.

El directivo no dejó de mencionar la falta de colaboración de los habitantes en este punto.

La mayoría afirma que están totalmente olvidados desde hace 8 meses, por lo que hicieron un llamado para que la Alcaldía atienda sus necesidades. Para la moradora María Terán, lo más importante en estos casos es la unidad con vecinos y dirigentes de otros barrios.

“Es necesario que los presidentes de los barrios de este sector se unan para hacer, en un solo oficio, pedidos puntuales a las diferentes instituciones de la Alcaldía”, aseguró.

Un barrio de huasipungueros

Antes de su fundación, Daniel Montoya 1 era una hacienda agrícola productora de maíz. Para reconocer el trabajo de tantos años de los huasipungueros, los dueños de las tierras decidieron entregárselas.

“Algunos dividieron sus tierras entre sus hijos y sus nietos. Otros prefirieron venderlas a particulares. Por ello existen lotes de 1.000 metros cuadrados (m²) así como de 200 m². Actualmente un terreno de 200 m² cuesta $ 15 mil”, señaló Paredes. (I)

DATOS

Según la Administración Zonal Calderón, en 2015 ejecutó un total de 55 obras de interés comunitario, con un presupuesto de $ 5,5 millones.     

Los moradores del lugar aseguran que los índices de inseguridad han aumentado, por lo que solicitaron a las autoridades que se incremente el número de patrullajes, principalmente en las noches.   

El barrio Daniel Montoya 1 no cuenta con un espacio para áreas verdes. Javier Paredes, secretario del lugar, dijo que la idea es comprar un lote de terreno para adecuarlo como parque recreativo.

Los descendientes de los huasipungueros todavía se dedican a actividades agrícolas, principalmente a la siembra de maíz, un producto que es utilizado para el consumo familiar.

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