Usuarios de 15 barrios están preocupados por ubicación de redondel
Hasta hace algunos años, los redondeles parecían suficientes para facilitar el flujo vehicular, pero el actual volumen de tráfico y el crecimiento del parque automotor en la capital provocan grandes congestionamientos.
La ciudad tiene 150 redondeles cuyo posible retiro fue estudiado en 2010, por ser considerados puntos de conflicto para la movilidad de peatones y conductores. En estos lugares, evidentemente, es común el irrespeto a las leyes de tránsito.
Frente a esto, y dentro de las acciones encaminadas para mejorar la movilidad en Quito, el Municipio planteó diversas reformas, entre ellas, remplazar los redondeles por intersecciones semaforizadas.
Según Cristóbal Buendía, del Observatorio Ciudadano de Movilidad, sin redondeles hay más seguridad para los peatones: “Las intersecciones semaforizadas permiten que los moradores del sector ya no tengan dificultad para cruzar las calles y se expongan a accidentes”.
Así, las largas filas de vehículos que no avanzan con fluidez se reducirían. Los congestionamientos vehiculares fueron el problema que por más de 20 años soportaron los moradores de los barrios del noroccidente de la capital.
Ahora les preocupa la congestión que causaría un redondel en construcción, mencionó Carlos Velasco, quien transita a diario por la vía que conecta al sector con otros puntos de la ciudad.
Según datos de la Empresa Metropolitana de Obras Publicas (Epmmop), la obra de ampliación de la calle Rumihurco, de dos a cuatro carriles, beneficia a 15 barrios, es decir, una población estimada de 75 mil habitantes. Por el lugar, a diario, circulan alrededor de 20 mil vehículos. Confluyen buses y automóviles que bajan de Jaime Roldós, Pisulí, Vista Hermosa, Rancho Alto y Bajo, Justicia Social, Caminos a la Libertad, La Unión, Consejo Provincial y Colinas del Norte.
Abelardo Macias, conductor del taxi de placas PBC-810, no está de acuerdo con la medida. “En esta época los redondeles ya no ayudan, más bien estorban. Al circular. uno se demora como mínimo entre 10 y 15 minutos. Es un caos, incluso fuera de las horas pico”, aseguró.
Fausto Criollo, quien trabaja en Pisulí, opinó que los redondeles ya no tienen la capacidad de ordenar el fluido vehicular y coincidió en que la mejor opción es reemplazarlos por intersecciones semaforizadas para evitar los embotellamientos. Mencionó que ir desde Pisulí hasta la avenida Mariscal Sucre le toma un tiempo aproximado de cuarenta minutos a una hora, en el mejor de los casos.
Germánico Pinto, gerente de la empresa de Movilidad, acotó, por su parte, que los redondeles son un mecanismo para manejar de manera ordenada una intersección. “Esto depende de la carga vehicular. Un redondel puede ser un problema o una solución. En el caso de la calle Rumihurco funcionará bien”, aseguró, tajante y convencido.
Con el afán de no afectar la circulación vehicular se construye otra vía del proyecto Machala-Colinas del Norte-Pisulí, que inició los trabajos en junio de 2011 y que concluirá a finales de 2012.
Las obras viales en el noroccidente buscan mejorar la circulación en el distrito, debido al acelerado crecimiento del parque automotor que concentra la capital.
De acuerdo con el levantamiento de información realizado por el Instituto de la Ciudad, se estima que el parque automotor en Quito se incrementa cada año en 40 mil unidades. De mantenerse esa cifra, para 2025 habría 590 mil vehículos por cada mil habitantes.
El promedio de viajes diarios en la ciudad es de 700. Para 2025 se prevé que esa cifra se cuadruplique, en eso radica la importancia de realizar un buen plan de movilidad que no obstaculice el tránsito y tener vías para un desfogue rápido de tráfico.