El personaje
Un cuarto de siglo vendiendo hot dogs
Medardo Sánchez, de 52 años, limpia su pequeño coche de acero inoxidable muy temprano. Lo instala bajo una carpa y con un trapo no para de frotarlo hasta verlo reluciente. Después coloca cada ingrediente en su lugar y a partir de las 09:00 empieza a recibir a sus primeros clientes.
Lo reconocen en el sector. Él está en el mismo sitio todos los días desde hace 25 años, hasta las 18:00.
Sánchez vende hot dogs con gaseosa en el parque La Carolina. La apertura del Centro de Exposiciones Quito fue lo que le impulsó a empezar con este negocio.
Oriundo de Manta (Manabí), recuerda que llegó a la capital solo, cuando tenía 15 años. Dejó su ciudad para buscar mejores oportunidades de trabajo, pues —asegura— allá solo lograba ser ayudante en los botes de pesca.
Se dedicó a la construcción. Por varios años fue albañil, después fue ayudante de soldador. Siempre buscó la manera de ganar dinero y salir adelante.
Desde hace 10 años que no visita Manta. Aunque con nostalgia dice que le gustaría volver, ya no podría vivir ahí, pues su vida —dice— ya la tiene hecha en la capital.
Con sus ganas de salir adelante, pudo mantener su hogar, que incluye 7 hijos.
Dice que gracias a Dios nunca pasó alguna necesidad. “Trabajo hay lo que quiera; el problema es que a muchas personas les gustan las cosas fáciles”, comenta Sánchez.
Junto a él se instalan más puestos de comida. Todos han tenido por varios años sus negocios en el mismo lugar. Medardo asegura que son como una gran familia. “Hay que empezar el día con buen ánimo, siempre con una sonrisa, aunque sea fea”, dice Sánchez.
Tomate, cebolla, lechuga, papas fritas trituradas, queso, diversas salsas, y más, el cliente puede prepararse a su gusto el hot dog. Y es que el sabor de este platillo agrada tanto a los transeúntes, que muchos de ellos suelen comerse más de uno cuando visitan al “veci Medardo”. (I)