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Ecuador, 26 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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San Roque, el barrio que gestó la Independencia

“Nuestro barrio fue olvidado por la historia, pese a que los vecinos de San Roque fueron quienes lucharon valientemente en la época de la Independencia y antes de ella”, resaltó Leonor Yunda, quien vive en el barrio San Roque más de 40 años.

Ayer  EL TELÉGRAFO visitó el sector para consultar a los  moradores de San Roque y turistas  del Centro Histórico si conocían de la participación histórica de hombres, mujeres y niños en la lucha por la independencia española.

Martha Guerra, quien vive en el sector de La Loma y acostumbra  realizar sus compras en la calle Rocafuerte, avenida principal que atraviesa  San Roque, comentó que sabía de los acontecimientos de la Independencia en 1809, pero que en la escuela ni en el colegio ningún libro o profesor se referían a que ese lugar tuvo alguna  participación importante en aquella lucha.

DATOS

La Revolución de los Barrios de Quito se originó en San Roque, en 1765.

San Roque, a diferencia de los barrios de San Sebastián y de San Blas, se encontraba cerca del centro de la ciudad, de allí su influencia.

En la actualidad varias de las casas de los patriotas o de los protagonistas de la Independencia ya no existen, pues fueron derrocadas y sobre sus restos se construyeron modernas viviendas.

En San Roque, ahora, sus moradores trabajan en el proyecto de turismo guiado en el barrio
San Roque es uno de los barrios tradicionales del Centro Histórico. En la actualidad es netamente comercial y es considerado como peligroso  por  su  alto índice delictivo. En este sector vivieron  varias familias ilustres, pero la migración de las mismas hacia el norte de la ciudad, hizo que el rostro de este barrio cambie, pues a las casas tradicionales llegaron personas de otras provincias, quienes poco a poco las convirtieron en locales comeriales.

Cristian Benavides, morador del lugar, tampoco tenía conocimiento sobre la participación de la comunidad de San Roque en la gesta libertaria. “Es necesario que la historia tome en cuenta a todos quienes participaron en la Independencia, especialmente si estos personajes fueron parte del pueblo como nosotros”, manifestó.

La memoria del barrio se ocultó no solo para sus moradores, sino también para la comunidad, pero la historia da cuenta de que San Roque  fue un barrio protagonista en la Independencia.

San Roque el “barrio bravo”, como le llamaban los españoles, fue  donde la vecindad inconforme se organizó y para el año de 1719 surgieron las primeras revueltas quiteñas. Las familias de artesanos  acompañadas por indígenas y campesinos fueron actores fundamentales en   los levantamientos de aquella época.

Para esos años, algunos de los barrios de Quito eran considerados como rurales, pues las familias tenían dentro de sus casas huertos y chacras. San Roque era el barrio que unía al sector rural con el urbano.

El historiador Manuel Espinosa Apolo señaló que “es en San Roque donde aparece el proyecto radical de liberación de la corona española”.

En San Roque vivió la familia Atahualpa, que hasta el siglo XVII estaba interesada en la restitución de prerrogativas aristócratas y descendientes de los Incas.

Esa idea de restitución indígena milenaria influyó en la vecindad de San Roque, lo cual puede verse en la Revolución de los Barrios de Quito de 1735. Allí, los habitantes proclamaron la necesidad de “liquidar a los españoles”.

En la Revolución de los Barrios de Quito, el pueblo cercó la ciudad y las autoridades españolas tuvieron que esconderse en los conventos; uno de los antecedentes de la revuelta fue el impuesto que la corona puso al licor, surgiendo así la llamada “Revolución de los Estancos”.

Espinosa señala que la idea sobre la Independencia de la corona tenía dos concepciones: la radical de los barrios y la que promovían los criollos, quienes pensaban en una autonomía regional, es decir, gobernar sin la influencia de Bogotá (Colombia) y Lima (Perú), pero dependiendo aún de la monarquía española.

Es el 2 de Agosto de 1810 cuando el proyecto criollo toma otro rumbo, puesto que el pueblo y los criollos participan juntos.

La mujer sanroqueña también influyó en el proceso independentista. Una de sus protagonistas fue la criolla doña María Ontaneda y Larraín, amiga de la familia Montúfar. Su incidencia en la vecindad fue importante, pues creó una milicia solo de mujeres a la que se llamó “bolsiconas de San Roque”.

Cuando llegó Carlos Montúfar, doña María Ontaneda y su milicia le recibieron con calle de honor; inclusive hicieron guardia en la puerta de la casa donde Montúfar se alojó.

En 1812, cuando Quito es cercado por tropas realistas, el grupo de milicianas recogía metal para fundirlo y  hacer balas. También tuvo una participación destacada en la batalla de El Panecillo, última contienda que libró la Junta de Quito.

Nicolás de la Peña y su esposa Rosa Zárate también fueron líderes de los sanroqueños. Inclusive, De la Peña fue capitán de los cuchilleros de San Roque. Su participación en el proceso de la Independencia influyó en el barrio para que luego linchara al Conde Ruíz de Castilla.

Espinosa comentó que la historia  excluyó a ciertos actores. Por ello, cree que la vecindad de San Roque fue invisibilizada al igual que otros protagonistas de la Revolución de los Barrios de Quito.

Alejandra Cárdenas, también habitante del barrio, señaló que es importante que quienes visiten San Roque no lo vean como un sitio peligroso. “La historia de la Independencia surgió en el barrio donde vivieron mis padres y mis abuelos, donde las mujeres tuvieron una importante participación, y eso me enorgullece”.

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