Quito tiene un registro de sismos desde 1587
Los tres sismos (3,3; 3,5 y 2,4 grados) ocurridos la noche del último miércoles entre las parroquias rurales Pomasqui y San Antonio, al norte de Quito, no dejaron víctimas ni daños de consideración.
Un deslizamiento de tierra sucedido en el sector de la Mitad del Mundo y otro, que incluyó la caída de rocas a la vía, en la zona de Malchinguí fueron los efectos más graves.
Los movimientos tectónicos fueron sentidos cerca de la zona de los epicentros, en el norte y centro-norte urbanos y, ligeramente, en las zonas de los valles, de acuerdo con el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional.
El propio Geofísico informó que los temblores ocurrieron en el segmento Bellavista-Catequilla del sistema de fallas que recorre alrededor de 61 kilómetros de sur a norte los valles que flanquean la capital.
Ese mismo tramo es el que produjo los movimientos telúricos que ocurrieron el 12 de agosto de 2014 en el norte quiteño (el más fuerte de 5,1 grados) y que dejaron como saldo cuatro muertos, 10 heridos y afectaciones en algunas edificaciones.
Estos fenómenos junto con otros similares de los últimos años (ver infografía) muestran la constante actividad de la llamada falla de Quito.
El exdirector del Geofísico, Hugo Yepes, señala en un artículo publicado en agosto de 2014, que desde que se tiene registro “en todos los siglos, a excepción del XIX, hay uno o más sismos con características alarmantes o destructoras en el sistema de fallas geológicas de Quito”.
Yepes hace un recuento de algunos de esos eventos naturales. El primero que se conoce ocurrió en 1587 y, según investigaciones de sismología histórica, tuvo una magnitud de 6,4 grados. Su origen, al igual que lo ocurrido el pasado miércoles, habría estado en el extremo norte de la falla.
Durante el resto de la época colonial, fuentes eclesiásticas y administrativas, señalan eventos terráqueos en 1662, en 1755 y 1787.
En el siglo XX, sismos ocurridos en 1923, 1938 y 1990 (Pomasqui) son atribuidos, también, a la falla. (I)