El coordinador técnico de la Empresa Metropolitana de Aseo (Emaseo-EP) de Quito, Paúl Luzuriaga, insiste en que la ciudad se beneficiaría si arrienda los vehículos recolectores de basura en lugar de comprarlos.

El viernes pasado la firma española Valoriza Servicios Medioambientales anunció su salida de las negociaciones que mantenía con el Cabildo para el alquiler de 40 recolectores de carga posterior en los próximos cuatro años por $ 50 millones.

Esta negociación hubiera significado, según la Alcaldía, el arribo de 20 unidades a mediados de agosto, de otras 20 en octubre y la existencia de ocho vehículos de reserva para reponer sin demora los que tuvieran daños.

La compañía argumentó dificultades para llegar a acuerdos definitivos con Emaseo-EP y riesgos de seguridad para su personal; esto último con relación a las protestas de integrantes de sindicatos de la empresa municipal en contra del proceso, luego de que fuera anunciado el 11 de junio pasado.

Luzuriaga refuta las versiones de los trabajadores y algunos concejales respecto a que el precio de la compra de los vehículos es cuatro, cinco, incluso más veces inferior a lo señalado por el gerente de la entidad municipal, Juan Neira, como costo de la compra ($ 57 millones) y el alquiler ($ 50 millones).

La concejala independiente Ivone von Lippke, por ejemplo, asegura que vio documentos en los cuales la compra de los 40 recolectores significaría una inversión de $ 12 millones. En un documento firmado por 10 ediles, en el que pedían al alcalde Mauricio Rodas revisar la idea del arrendamiento, se hablaba de inconsistencias entre las cifras presentadas sobre los costos en distintos momentos.

Luzuriaga dice que ver únicamente la cifra de adquisición de los automotores es un error y que en los costos se deben incluir los que corresponden a la operación (combustible, personal, llantas, mantenimiento, etc.) durante los cuatro años previstos de alquiler. El precio únicamente de los vehículos equivaldría al 20% de los costos totales de operación.

Y sería la mayor parte de aquellos elementos de los que la empresa Valoriza se hubiera hecho cargo a menor costo que lo que se requeriría si la ciudad los asumiera directamente, de acuerdo con el funcionario.

Según los cálculos de la Alcaldía, en promedio la recolección de cada tonelada de basura equivale a un costo de $ 60 para Quito. Y con el contrato de arrendamiento de vehículos propuesto este bajaría a $ 33.

Los sindicalistas insisten en que el alquiler es un mal negocio para la ciudad. Segundo Hidalgo, dirigente que lidera la oposición a la idea, afirma que con la propuesta la ciudad no tendría nada (en relación con nuevos vehículos) al cabo de los cuatro años de la vigencia del convenio.

Luzuriaga indica que al equiparar la compra de los recolectores con la adquisición de cualquier otro activo, no se toma en cuenta la desvalorización de los primeros por la carga de trabajo, en promedio los recolectores duran dos o tres años en buenas condiciones.

Mientras tanto, el Municipio seguirá con el sistema de emergencia implementado desde diciembre en las zonas contenerizadas: vaciamiento parcial de los contenedores con personal ingresando en los recipientes y el traslado de esta basura en volquetas y otros vehículos de carga. (I)

Inversión
Análisis de pérdidas
Emaseo-EP analiza las pérdidas ocasionadas por la falta de provisión de repuestos por parte de la empresa que vendió los últimos recolectores de carga lateral y que provocaron una crisis de recolección.

14 recolectores de la flota propiedad de la ciudad son repotenciados en talleres.

Recolección de emergencia
La ciudad invierte $ 1,3 millones mensuales en el sistema de emergencia de recolección de basura. (I)