El programa arrancó en marzo de 2015 y se establecen acuerdos promedio de dos años
Quito ahorra $ 500 mil anuales con el apadrinamiento de espacios
En marzo de 2015, el Municipio de Quito puso en marcha el ‘Programa de Apadrinamiento de espacios públicos’ a través de la empresa de obras públicas. Actualmente existen 50 padrinos que promueven la apropiación y cuidado del espacio público permitiendo un ahorro a la ciudad de más de $ 500 mil anuales.
El Cabildo concibe al apadrinamiento —según un documento— como una alianza participativa entre la empresa privada y el sector público para dotar a la ciudadanía de espacios públicos de calidad, generando participación, interacción, comunicación y apropiación.
El proceso inicia con un acercamiento al potencial padrino, que puede ser una empresa privada, comités barriales, fundaciones, gobiernos provinciales, instituciones educativas e incluso familias que se han sumado al programa.
En este último caso se halla la familia Donoso que, junto a la empresa Officenter, apadrina la plaza Pampite, ubicada en el barrio Jardines del Este (Cumbayá), con un área de aproximadamente 500 metros cuadrados (m²).
En este acercamiento la empresa municipal hace la presentación del programa al padrino y posteriormente se ejecuta la firma del convenio en el que se establecen los compromisos de las partes.
En su mayoría el cuidado del espacio público apadrinado tiene una duración de dos años; sin embargo, en el caso del Mirador de Guápulo se estableció un acuerdo por cuatro años con la Fundación Libera.
Luego de la firma del convenio se coordina la intervención en el espacio a apadrinar, según cronograma de trabajo. En la mayoría de los casos, el Cabildo realiza una rehabilitación integral de los parques y espacios verdes antes de entregar la competencia de su manejo.
No obstante, el padrino también puede aportar con la rehabilitación. Por ejemplo, en el parque Central de Cumbayá (oriente), su padrino, Cervecería Nacional, construyó un nuevo sistema de riego automatizado, e involucró a los locales comerciantes colindantes al parque para que en trabajo conjunto realizaran el mantenimiento mensual de este espacio turístico.
Hay varios casos considerados exitosos, en cuanto a cuidado, gestión y apropiación de los espacios gracias al Programa de Apadrinamiento. Por ejemplo, en la parroquia Tumbaco (oriente) está el Parque Para La Vida, un espacio apadrinado por el Comité de Defensa del parque, que ha reactivado el espacio por la noche con actividades de bailoterapia, fomentando la integración de los vecinos, esparcimiento y cuidado de las instalaciones.
Otro caso similar se encuentra al sur de la capital, donde la Cooperativa de Ahorro y Crédito Riobamba mantiene al parque Central de la Magdalena en óptimas condiciones.
La comunidad de Carapungo (norte), pionera en apadrinar espacios públicos en la parroquia de Calderón, también se sumó a esta iniciativa.
En ese punto de Quito, más de 150 mil personas que habitan en dicha parroquia se benefician de esta alianza con el apadrinamiento de las manzanas A1, A2, A4, A6 y A10 por parte de sus directivas Barriales.
Esto, según el Municipio, ha generado el interés en el proyecto. (I)