Propietarios de casas fisuradas no aceptan oferta de reubicación
Matilde Rodríguez, de 67 años, vive en Turubamba, el sur de Quito, desde hace 22 años. Su casa fue inspeccionada por los técnicos del Municipio, quienes observaron que la vivienda se cae a pedazos. En las paredes es fácil ver las fisuras que hay desde la mitad del muro para arriba. Las puertas no cierran debido a que están desniveladas.
Lo que más les preocupa es el hueco que se abrió en los pilares y en los muros colindantes. La inclinación de la pared de cemento es de unos 12 centímetros. Rodríguez contó que el problema empezó hace cinco meses y que en los últimos días son más evidentes los cuarteamientos en alrededor de 200 casas del sector.
Doña Matilde, quien es de la tercera edad, expresó que su salud está deteriorada, sin embargo, lo que más le preocupa es que en varias reuniones los funcionarios del Cabildo señalaron que el arreglo de las casas era responsabilidad de cada dueño, pero su familia no tiene recursos.
Las fisuras en los muros son más evidentes en los pasajes S26J y S26I, a los cuales se ingresa por la Av. Teniente Hugo Ortiz, frente al Registro Civil.
Angélica Logro, moradora de la zona desde hace 22 años, indicó que las viviendas más afectadas son las Oe3-25 y Oe3-31, del pasaje S26I. Esta última, de dos pisos, está deshabitada.
La ventana del segundo piso tiene los vidrios rotos y la pared junto a una puerta está deforme. “Ya no vive nadie porque con el paso del trolebús había vibraciones que rompían los ventanales”, señaló.
Logro recordó que en los primeros resultados entregados por los técnicos que realizaron las inspecciones, encontraron que existe un 60% de agua bajo la tierra, lo que provoca que los cimientos se hundan y con la llegada de las lluvias el problema se agrava.
Los propietarios de 22 viviendas se unieron para exigir soluciones al Municipio. El mismo ejemplo siguieron los habitantes de la manzana B, en los pasajes S26J y S26I.
Mónica Cabascango, representante de los vecinos afectados, manifestó que en reuniones con los técnicos y funcionarios de la Administración Eloy Alfaro se habló sobre la posibilidad de que los moradores sean reubicados en terrenos municipales, en las canteras de la Mitad del Mundo.
Logro dijo que ahí les ofrecen casas de 40 metros cuadrados, pero sus viviendas pasan los 70 metros. “Esa no es una solución y nadie se quiere ir del sector”, aseveró.
Según Hermel Flores, presidente de la Cámara de la Construcción de Quito, en la referencia histórica de la zona, hace 35 años, Turubamba era una quebrada y luego se hizo un relleno para hacer las edificaciones.
Incluso en los planos municipales se considera que varios puntos de la zona son de piso pantanoso.
Funcionarios de la Emaap indicaron que en el informe se detallará el problema técnico, pero las soluciones se deberán dialogar con los moradores. Sin embargo, recuerdan que durante la construcción del colector, a 15 metros de profundidad, encontraron agua a apenas 6 metros de la superficie.
Los representantes de los vecinos afectados esperaban anoche el informe final y dijeron que de ello dependen las medidas que adoptarán sobre el destino de sus viviendas, pero todos concuerdan que no abandonarán el sector.