El niño Jesús en brazos de su madre María, a su lado San José, y unas tortillas que se cocinan en una paila de tiesto, constituyen la escena más emotiva que adorna el Convento de San Francisco, en el Centro Histórico de Quito.

No es el único pesebre que se exhibe en ese lugar, pues la iglesia conserva más de 100 nacimientos nacionales e internacionales, que se mostrarán al público hasta el 12 de enero. Muchos de los pesebres fueron elaborados por la Escuela Quiteña, que fue el taller de escultura de la colonia en donde colaboraron artistas como Caspicara y Bernardo de Legarda.

También hay creaciones nuevas que fueron realizadas por la Asociación Amigos del Belén, un grupo que alberga a nuevos escultores, quienes, según cuenta el padre Carlos Amendaño, guardián del convento, se dedican a elaborar esculturas religiosas durante todo el año. Una de las esculturas más importantes es una imagen del Niño Jesús que fue elaborada con cera de abeja. "Este niño es parte del patrimonio de este convento", -contó Amendaño.

El sacerdote franciscano señaló que en la exposición no solo hay esculturas, sino pinturas, entre ellas la obra Primera Navidad Franciscana (Greccio 1223), elaborada por Martín Pozo, así como pinturas como la Adoración de los magos, del Instituto de Bellas Artes de Venecia. Esta imagen, por ejemplo, usa una técnica veneciana de tranferencia de imagen al lienzo y repujado en metal de origen ruso y polaco.

También hay nacimientos en barro, tagua, alabastro o piedra de Huamanga, así como ébano. Este último material es fundamental del pesebre africano.

Amendaño comentó que en proyecto con el padre Walter Verdezoto, mentalizador de la exposición, tienen en planes la adecuación de un espacio en el barrio San Marcos para realizar una exhibición permanente de los pesebres.

Fabiola Villagrán asistió a la exposición. "Aquí hay una belleza inmensa que deben fortalecerla y tenerla en forma permanente".

Margarita Gómez Durán al mirar la exposición exclamó: "esto es hermoso, es un sueño". La mujer espera que la exposición funcione en forma permanente, "para seguir apreciando las maravillas de este Quito escultórico".