Con algo de frío y un tono gris en el cielo, pero al calor de la gente que iba llegando a los alrededores del Centro Histórico  de Quito, inició ayer, a las 10:00, el programa “Quito a pie”,  que no es más que un conjunto de actividades que incluyeron, en su décima edición, propuestas de música, teatro y danza para recordar a la mujer ecuatoriana. 

“Yo vengo desde hace dos años con mi familia, estos eventos son un buen pretexto para salir a pasear”, dijo Carmen Hachi, ama de casa, de 53 años, quien estuvo en el bulevar 24 de Mayo, admirando a un artista popular que se presentó en ese lugar, luego de la llegada de los participantes de  la carrera atlética Gabrielina, organizada por el  colegio  San Gabriel, en donde participaron más de 2.500 personas.

El recorrido del “Quito a pie” incluyó las plazas San Francisco, Plaza Grande, el sector de la Biblioteca Municipal y de la iglesia La Compañía, allí cientos de personas aglomeradas en las esquinas de cada sitio disfrutaron de pinturas, fotografías, artesanías y demás actividades que confluyeron, demostrando que las barreras de espacio eran invisibles.

Galo Vela, artista de la calle, quien lleva recorriendo el Centro Histórico desde hace una década, deleitó a su público en la plaza de San Francisco. Varias personas admiraron su arte y Vela, en reciprocidad por la atención, delineó con sus manos un hermoso paisaje ecuatoriano.

En el sector de la Plaza Grande,  tres artistas armaron un  improvisado escenario. Charangos, guitarras, rondadores sedujeron a los asistentes. “Esto es lo que somos: arte puro”, dijo Andrés Caisapamba, mientras acercaba el rondador a su boca para  acompañar con sus cálidas melodías a sus compañeros del grupo Identidades Andinas. 

Para estos eventos, el Municipio quiteño destina un presupuesto anual de 190.000 dólares y se tiene planificado que se realicen todos los domingos, de 10:00 a 15:00,  en las calles y plazas del centro.