Los quiteños prefieren caretas de los pitufos, políticos y de terror
A tres días de que finalice 2011, el ambiente de fiesta de fin de año crece en la capital. Música alusiva a la fecha a todo volumen, gangas en los almacenes, ventas de máscaras, monigotes y años viejos de aserrín comienzan a invadir las calles quiteñas.
Muñecos con caretas que ilustran a personajes de terror, los pitufos y determinados políticos son los que mayor demanda tienen en estos días en las aceras y en los portales de los locales comerciales.
Dentro de los personajes políticos: el presidente de la República, Rafael Correa; el alcalde de la ciudad, Augusto Barrera; y el articulista Emilio Palacio son los más adquiridos. Mientras que en figuras de cine están los pitufos, el Hombre Araña, Batman y algunos de terror.
Las caretas de cartón, plástico y caucho son exhibidas en las calles, sin olvidar las pelucas, barbas, bigotes, antifaces y hasta prótesis para hacer asustar.
En el Palacio de la Careta, uno de los lugares más populares en la venta de estos artículos se evidencian las preferencias y gustos de los capitalinos. Las 5 mil máscaras elaboradas para este fin de año de a poco se agotan con la visita de cientos de clientes que llegan a llevarse las originales, según señala Vicente Paredes, propietario.
Fueron confeccionadas 3 mil máscaras de cartón y 2 mil de caucho. Las de caucho, que son las más durables, tienen un precio mínimo de 18 dólares y un máximo de 25 dólares.
Las caretas de cartón, que son usadas principalmente para el año viejo, cuestan desde dos dólares y hay una gran variedad en imágenes de todo tipo.
En sitios como la Av. América, La Carolina, Solanda, Real Audiencia y El Condado, los muñecos de cartón y aserrín se exhiben a la venta.
La coincidencia son los personajes, de terror, los pitufos, algunos héroes del cine y pocos políticos.
Josefina Tupiza vende años viejos y caretas en la vereda del Quicentro Shopping en El Condado. Afirma que tienen mayor demanda los de cartón por la facilidad que tienen para quemarse, pero aún persiste la tradición de vender muñecos hechos de aserrín.
Hay de todos los tamaños, diseños y precios. Los más caros son los elaborados con cartón, papel y engrudo, cuestan de 12 a 20 dólares. Los más económicos son los de aserrín. Hay desde 8 dólares.
En la avenida Eloy Alfaro varios miembros de una familia se unen para elaborar los tradicionales muñecos con ropa usada y aserrín. Es un negocio familiar de la época.
En un cuarto de ladrillo, el aserrín cubre todo el piso, mientras cientos de muñecos están amontonados en el patio y dos cuartos listos para ser entregados a los comerciantes de Sangolquí, La Carolina y otros sitios de la capital.
Aquí las herramientas de trabajo son pequeñas palas rojas, ropa vieja y varias manos de los hijos, nietos y hasta vecinos.
María Chiluisa, de 67 años, enseñó el arte de hacer años viejos a sus hijos y nueras. Cada año inician la recolección de ropa usada desde el mes de noviembre, la que es cosida y rellenada de aserrín.
Los niños de la casa se divierten rellenando los muñecos y haciendo las cabezas con medias nylon.
Chiluisa señala que la mayor demanda que ha tenido este año han sido los pitufos y políticos.