El personaje
Los choclos de Julio reponen las fuerzas de los deportistas
Desde hace 17 años, los deportistas que visitan el parque La Carolina pueden desayunar, desde muy temprano, choclos cocinados, un bocadillo caliente muy útil para atenuar el frío de la capital.
Desde las 05:20, cerca de la Cruz del papa, Julio Chulde, de 73 años, vende este aperitivo en un pequeño coche. Llega a su lugar de trabajo a las 04:20, para lo que debe levantarse una hora antes.
Julio prefiere ignorar el temblor que el párkinson produce en sus manos.
Asegura que su producto es garantizado porque utiliza choclos frescos y seleccionados que cocina cada día de acuerdo con la previsión de venta que tiene para cada día, la cual depende mucho del clima que haga.
Los choclos permanecen tapados, protegidos de la contaminación. Chulde los vende calientes con mayonesa y queso por $ 1,25.
Para los deportistas, el adulto mayor de mirada dulce es más que un vendedor, es la persona de confianza en el parque a quién se pueden encargar las pertenencias mientras se ejercitan
El hombre asegura que pese a sus enfermedades, pues también tiene várices en las piernas, él es feliz. “Con mi Carolina y mi mujer”, dice entre risas.
Asegura que el frío de las mañanas quiteñas no le afecta, que ni lo siente.
Desde que llega al parque saluda con los transeúntes, y las bromas con sus compañeros de venta y sus clientes nunca faltan. “Lo importante es trabajar y ser útil para la sociedad”.
Labora de lunes a viernes hasta las 13:30 y fines de semana, hasta las 18:00, cuando el negocio es mejor. (I)