El personaje
Las fotografías que toma Iván tienen un toque de magia
No se trata de que las fotografías que toma Iván González, de 56 años, tengan un efecto rejuvenecedor o que hacerse un retrato en La Alameda cure enfermedades.
Pero el trabajo del último fotógrafo de manga que queda en el parque capitalino, sí guarda relación con la magia: “Mis fotografías las usan para la ‘macumba’”. Asegura que parte de sus ingresos provienen de las personas que necesitan imágenes en blanco y negro para la realización de algunos tipos de sortilegios.
“Me buscan cuando necesitan fotos para realizar algún ‘trabajo’ para retener a la pareja o enamorar a alguien”.
Dice conocer sobre ese tipo de usos, pero no de rituales de magia negra, vudú o similares que dañan a las personas. Afirma que, en algunos casos, incluso el mago, vidente o brujo le recomienda al paciente que se haga las fotos con él, porque son efectivas.
El resto de los ingresos de Iván proviene de las personas que acuden a La Alameda, sobre todo los fines de semana. No falta algún niño que, atraído por el caballo que sigue siendo su arma secreta, convenza al padre, abuelo o padrino para que pague por un recuerdo fotográfico.
La técnica, dice Iván, la aprendió a los 12 años, de su abuelo, de quien heredó el oficio y los implementos.
Tiene nostalgia de la época en que había una veintena de fotógrafos de manga en La Alameda y había trabajo para todos. “La gente hacía cola”. Muchos de ellos han muerto y otros han preferido dedicarse a otras actividades. Él espera trabajar hasta que “las fuerzas se lo permitan y el cuerpo aguante”. (I)