Un kiosco ubicado en la avenida Patria es el lugar de trabajo de Juan Acosta. El hombre de 67 años vende cosas como resultado de su pasatiempo: el coleccionar.

El pequeño puesto parece insuficiente para el dinero, tanto monedas como billetes, y discos de acetato que comercia desde hace 25 años.  

Conserva todo el papel moneda que ha circulado en el Ecuador, ordenados por año, serie, firma; con puntos, errores, reformas del escudo, etc.  

Por ejemplo, tiene los billetes emitidos por los bancos privados que circulaban hace más de 100 años. Y lo mismo hace con las monedas. “Es bien duro coleccionar porque se necesita conocimiento y recursos”.

Tiene resguardada la mayoría de su colección en su casa. En su kiosco solo muestra algunos ejemplares.

Esta afición la conserva desde hace 40 años. Heredó este interés de su padre, quien guardaba no solo monedas, sino también piezas arqueológicas de diversas culturas precolombinas.

“El dinero metálico es parte de la historia de un país”. Uno de los atractivos de su negocio son las monedas antiguas hechas en oro, plata, níquel y cobre. Hasta su kiosco no solo llegan quienes valoran las monedas, sino también coleccionistas de acetato.

Tiene una gran variedad de discos y sus costos varían de acuerdo con su fecha de edición y su estado de conservación.   

A Juan ya lo conocen; de ahí que llegan melómanos de diversas partes del mundo, pues —asegura— muchos de sus clientes son trabajadores de consulados y embajadas. (I)