Han transcurrido más de 8 meses desde que el Municipio asumió el control del tránsito en las calles de la ciudad, para lo que incorporó a 1.240 agentes civiles.

Un elemento importante dentro de ese esquema es el uso de un sistema electrónico de vigilancia denominado fotomulta.

Este consiste en el registro de  las infracciones de los conductores a través de 6 imágenes fijas secuenciales y un video captados por cámaras distribuidas en diferentes sectores.

El proyecto contemplaba la instalación de 40 aparatos en puntos estratégicos. Hasta junio del año anterior, 18 habían sido instalados en el sector norte de Quito.

El plan forma parte de una inversión prevista de $ 22 millones, cuya parte central es la colocación de un sistema de semaforización inteligente en 600 intersecciones de la ciudad.

En octubre de 2013, el Concejo Metropolitano aprobó una ordenanza que permite la aplicación de las fotomultas y su aceptación como prueba de las contravenciones. En aquel momento se anunciaba que solo restaba la homologación (aprobación) de los equipos por parte de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).

Sin embargo, transcurrido lo restante del período del exalcalde Augusto Barrera y los primeros días del mandato de Mauricio Rodas, la situación continúa siendo la misma.

Una fuente municipal aseguró a EL TELÉGRAFO que no hay novedades sobre el proceso de homologación, por lo que no existía una fecha prevista para el inicio de la operación del sistema.

Diana Carrera, propietaria de una camioneta Chevrolet Luv Dmax, dijo ayer que el uso de las fotomultas “es necesario para evitar los errores que existen actualmente en la aplicación de infracciones por parte de los policías (agentes)”.

Una opinión similar dio el taxista César Hidrobo, quien agregó que “al momento de matricular el carro uno se encuentra con cada sorpresa; de pronto le aparecen multas por mal estacionamiento o por cruces con el semáforo en rojo en sitios por los que uno ni siquiera ha pasado”.

Carrera consideró que “con las fotos y el video que dicen que van a sacar las cámaras uno va a tener la certeza de que la sanción que aplican es de verdad”.

La aprobación de las cámaras por parte de la ANT ha demorado a pesar de que la entidad gubernamental trabaja junto con la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT).

Personal de la ANT labora en el Centro de Monitoreo y Control de Tránsito construido por el Cabildo en el sector de San Carlos (norte) y desde donde se maneja el sistema vial capitalino.

Allí, mediante una integración del software de ambas instituciones, la ANT controla la operación de los buses de transporte interprovincial.