El soterramiento podría culminar en noviembre
Continúan los trabajos de soterramiento (enterramiento) de cables en el polígono (área) 2 establecido por el Municipio capitalino en el sector de La Mariscal, que comprende una zona entre la calle Veintimilla y la av. Colón (ver gráfico).
Las obras en ese punto de la ciudad se iniciaron hace unos dos meses y estaba previsto que concluyeran en septiembre, según dio a conocer a EL TELÉGRAFO en junio, Mauricio Almeida, coordinador del proceso por parte del Cabildo.
No obstante, José Luis Echeverría, ingeniero de RM Constructores, empresa encargada de la obra, señaló ayer que la firma prevé culminar su labor en noviembre.
El profesional recordó que los trabajos en el polígono 1 (entre la Patria y Veintimilla) ya concluyeron. Dichos trabajos constituyeron la fase 2 de la intervención en el centro financiero capitalino, pues antes se realizaron en las avenidas República de El Salvador y Naciones Unidas (entre Seis de Diciembre y Amazonas). Además, actualmente se trabaja también en la avenida Napo, al sur de la ciudad.
El Cabildo identifica los sectores con mayor contaminación visual para ejecutar el procedimientoY aunque reconocen las ventajas futuras del proceso, quienes habitan o laboran en La Mariscal, no ocultan su molestia por los inconvenientes actuales que causa. Por ejemplo, Luisa Analuisa, mesera del café Fruta y Verdura, ubicado en la calle Wilson, señaló: “En este sector, los trabajos se encuentran detenidos ya una semana. Dejaron abierta la vereda y nos dijeron que les faltaba material para concluir la obra. Por eso se fueron los constructores”.
Por otro lado, en la calle Luis Cordero y parte de la José Calama, el soterramiento registra un avance del 50%. En esas vías, la mayor parte del trabajo está culminada en lo que respecta a la obra civil.
No obstante, comerciantes del sector de la Cordero indicaron que durante la intervención, sus ventas bajaron y muchos de ellos enfermaron. Maritza Carvajal, encargada del local El Griego, atribuyó al polvo que debió soportar una enfermedad respiratoria que sufrió. “Limpiaba el local más de cinco veces al día porque todo se llenaba de tierra. Al asear la tienda, yo respiraba el polvo que se levantaba y me enfermé con gripe”, señaló.
Así mismo, Alexéi Almaguer, vendedor de la tienda de ropa Hyla, comentó que entre las principales consecuencias para su negocio estuvo el bajo nivel de ventas registrado en las últimas semanas y las enfermedades respiratorias de sus compañeros. “Antes vendíamos diariamente un promedio de 100 dólares, pero desde que empezó el soterramiento vendemos alrededor de 20 dólares”, comentó.
En defensa de la obra, Echeverría indicó que el soterramiento es una solución a la contaminación visual de la ciudad.