El organismo de control ejecutó operativos esta semana en sectores del sur, como solanda, la villaflora y mercado mayorista
El control de las ventas ambulantes se intensifica
Desde esta semana, la Policía Metropolitana capitalina incrementó el número de agentes para el control del espacio público en varios sectores de la capital.
La decisión responde a la petición de moradores y comerciantes regularizados, que ven afectados sus negocios por el incremento de ventas informales.
“Hace 5 meses, más o menos, los vendedores ambulantes comenzaron a incrementarse. Ponen sus ventas en las veredas y nadie les puede decir nada. Ya era hora de que haya mayor control”, indica Teresa Carrión, propietaria de un bazar ubicado en la calle ‘La J’ (Solanda).
Así lo confirma Édison Pérez, comerciante de zapatos: “La gente no puede ni caminar bien por la acera porque ahora ese es el puesto de los informales”.
Ante ello, en días pasados, el secretario Metropolitano de Seguridad, Juan Zapata, indicó que una vez finalizada la temporada invernal en la ciudad, el personal de la Policía Metropolitana se dedicará a hacer cumplir la normativa sobre comercio autónomo.
Según la institución, la ciudad alberga cerca de 24 mil vendedores informales.
Los exteriores del Mercado Mayorista, La Mariscal, Cotocollao y La Villaflora son algunos de los puntos con mayor número de comerciantes informales.
La Policía Metropolitana solicita a los comerciantes ubicarse en sitios autorizados para el comercio. Si se incumple la solicitud proceden con el decomiso y los artículos son devueltos a sus propietarios en un plazo de 20 horas, si son perecibles.
En el caso de ser no perecibles, el lapso es de 2 días laborables. Adicionalmente, se emite una boleta de advertencia. Si los vendedores reinciden no pueden acceder nuevamente a sus artículos y deberán cancelar una multa de $ 185. (I)
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Plaza Cultural y Comercial la ‘J’, sin vendedores
El 31 de agosto de 2011, el exalcalde, Augusto Barrera inauguró la Plaza Cultural y Comercial La ‘J’ para reubicar a vendedores informales asentados en la calle del mismo nombre.
Hoy el sitio casi no cuenta con ocupantes, pues los comerciantes han preferido salir nuevamente a las calles.
El motivo, según explica uno de ellos, es la falta de clientes. “Antes hacían festivales de música y la gente venía. Ahora ya no lo hacen y no vendemos nada”. (I)