En el mundo esotérico existen varios instrumentos para leer el futuro: cartas, residuos de bebidas como la borra del café, objetos y animales.

En el caso de la lojana Fanny Vera, radicada desde hace 25 años en la capital, sus herramientas en el trabajo de la adivinación son 2 pericos australianos.

Vera, de 37 años, resume que ese mecanismo esotérico para conocer el porvenir nació de las enseñanzas de su esposo: “Él aprendió cuando tenía 7 años. Yo lo hago desde 2002. Esta es una tradición y la habilidad tiene más de 100 años en la familia de mi marido”.

La familia política de la mujer popularizó el arte en el sector de la 24 de Mayo, en el centro de Quito, cuando el actual bulevar era una especie de mercado de principio a fin.

Fanny, en cambio, busca la fama y el sustento para su familia en las calles de Cotocollao (en el norte) y la parroquia El Quinche (al nororiente).

Esta mujer, que nació en el cantón Puyango, explica que conocer el futuro y la suerte le cuesta $ 1 a quien se encuentre interesado.

Con ese valor, quien pregunta recibe 3 tarjetas escogidas por los pericos. Estas cartas guardan mensajes respecto a la vida, el futuro, el trabajo, el amor, la amistad y los negocios.

Las preguntas no nacen por coincidencia, son trabajadas con astrólogos, indica Vera.

Al momento Fanny trabaja con Jorgito, de 5 años, y Pepito, de 2 años; sus 2 socios laborales plumíferos. Resalta que los animales fueron instruidos. “Además de eso, tienen dones adivinatorios; por eso son los elegidos para que trabajen en esto”.

Fanny también ha trabajado con pericos amazónicos, pero prefiere los actuales.

Para que hagan su labor, detalla que necesita alimentarlos bien, especialmente con alpiste, choclo, arroz, pan molido y otros productos comestibles. (I)