Comunidad une fuerzas para construir su propia vivienda
La necesidad de tener una vivienda con bajo costo unió a 800 familias de la capital. Ahora se han convertido en sus propios constructores y dueños. Entre ellos hay arquitectos e ingenieros, por lo que han decidido formar grupos de trabajo y buscar mecanismos para abaratar e iniciar las edificaciones.
La iniciativa comunal logra arrancar con su sueño en el nuevo proyecto de vivienda denominado “Un Lugar en el Mundo”.
Hasta la fecha han construido 600 casas en varios puntos de la capital y las 200 restantes aún están en proyecto. La vivienda digna, de calidad, estética y confortable, tiene una construcción de por lo menos 68 m2, 2 plantas, 19 m2 de patio posterior y parqueadero, con proyección a un tercer piso.
En el sur de Quito el programa se llama “Solidaridad Quitumbe”, que ya cuenta con 153 viviendas. Amada Aulestia, promotora comunitaria, vive siete años en el barrio y afirma que la autogestión organizativa funcionó, porque ofrecen trabajo a sus propios vecinos y se crean puentes de comunicación directa que enriquece la vida en comunidad.
Para obtener una vivienda se aplica la fórmula ABC (ahorro mínimo del socio, más bono y crédito hipotecario). Las personas deben tener un ingreso mensual entre 240 y 500 dólares, y un ahorro del 10% del costo total de la casa.
La vivienda de interés social tiene un costo de 28.000 dólares lo que genera un ahorro de entre 10 y 15.000 dólares a cada socio. La mayoría de estas familias está constituida por madres jefas de hogar, empleadas domésticas, comerciantes informales, etc.
Numa Moreno, dirigente de la cooperativa, dijo que la idea nació por la demanda de casas que tiene el sector popular y la falta de recursos para poder construirla.
Indicó que las empresas inmobiliarias ofrecen sus servicios a costos altos, lo que no permite construir a bajos precios.
Para erradicar esta realidad aplicaron el ABC, con ello lograron sumar recursos y designaron a un grupo de vecinos para que cotice el precio de los materiales y los adquieran. Mientras que otros socios se dedicaron a edificar las viviendas.
Los habitantes del barrio Solidaridad organizan mingas para las obras complementarias.