Betty León es comerciante en el norte de Quito. Desde que inició la cuarentena el 16 de marzo de 2020 su establecimiento registró menos clientes y, como resultado; menos ventas. Ahora, el temor de los compradores es el obstáculo a vencer para mejorar sus ingresos económicos.

Quito pasó al semáforo amarillo desde el 3 de junio de 2020. La ciudadanía se acostumbra a regresar a una llamada ‘Nueva normalidad’. Sin embargo, para Betty no existe tal regreso a la normalidad.

 

Pequeños comercios de #Quito se adaptan a la 'nueva normalidad'.

Te traemos varios testimonios de trabajadores que se adaptan a este nuevo modo de vida.
► https://t.co/rJE3doHLUT pic.twitter.com/GeLlppDTTU

— EcuadorTV (@EcuadorTV) June 10, 2020

 Ella ahora atienden en el micromercado ‘Calabria’ con todas las normas de bioseguridad: guantes, mascarillas, gel y alfombra para desinfectar los pies. La paralización comercial por la pandemia le afectó en un 50% de sus ventas.

“Tuve que vender a domicilio. Eso ayudó. Los clientes se llevaban mi número de teléfono, me llamaban y dictaban la lista de compras y yo les iba a dejar. Buscaban víveres y la canasta familiar”, contó Betty a Medios Públicos. Con esta modalidad de trabajo, pudo amortiguar el daño causado por el cierre de su negocio durante los horarios de toque de queda.




Algunos quiteños incluso usan trajes de bioseguridad para comprar víveres. Fotos: Víctor Vergara/Medios Digitales, Medios Públicos

Ella actualmente pide a los clientes que “dejen el miedo y se protejan como es debido”. Las normas sanitarias incluyen el debido distanciamiento social entre dos personas de un mínimo de dos metros. En su micromercado, Betty atiende a un comprador a la vez.

Un traje de bioseguridad, mascarillas, gafas y gel en manos es su vestimenta en su establecimiento. Una gran pantalla de plástico y cartón separa a Betty de su clientela a la hora del pago.

“La peor enfermedad es el temor. Si nos cuidamos como nos enseñan, no va a pensar nada”, afirmó.

Daño comercial por la pandemia

La Cámara de Comercio de Quito (CCQ) instó a las autoridades locales y nacionales a impulsar una agenda “mínima” para la recuperación en temas tributarios, financieros y laborales. La crisis sanitaria afectó “fuertemente” a la economía del país en general. Por ello, la reactivación de la economía y pequeños negocios será primordial.

En este sentido, coincidió Lucy Maldonado. Ella tiene 28 años como propietaria de su restaurante y venta de víveres ‘Saha Saha Grill & Coffee’. Para esta comerciante, lo más importante ahora es el apoyo que la ciudadanía y autoridades nacionales puedan dar a pequeños comercios.




“Ser emprendedor es muy complicado. Tener un negocio en este país es muy complicado y requiere de mucho esfuerzo”, aseveró Lucy a este medio.

Las primeras semanas de la pandemia pasó cerrado su negocio. Para ella tampoco existe la nueva normalidad. “Solo un nuevo estilo y forma de vida donde cada uno tiene que cuidarse”.

Lucy implementó las normas de bioseguridad en su trabajo. Allí se limpia y se fumiga constantemente. Además, cuenta con toda la señalética de normas a seguir.





Este aviso se muestra fuera de una papelería en la avenida República del norte de la capital. 

De su lado, Luis Rodríguez trabaja como diseñador gráfico en el establecimiento ‘PubliGQ’. Allí se realizan impresiones, copias, gigantografías y diversos materiales impresos.

Este negocio tuvo pérdidas de casi 100%. La modalidad de trabajo online ayudó a conseguir ingresos. En cuanto a la nueva normalidad, Luis pidió a las autoridades locales estrategias sociales para enseñar a la ciudadanía las nuevas reglas sanitarias a cumplir.



Luis atiende a la cliente con mascarilla y gel antibacterial disponible para el público.

“Hagan una campaña grande, que les eduque a las personas. Algunas no saben, algunas no se quedan en sus dos metros de distancia. Unas no entienden. Hacer una campaña gigante para que no tengan más miedo”, exhortó Luis.

Por: Víctor Vergara

(I)